La Expo Cannabis alcanzó su segunda edición en este 2021, en un encuentro que mantuvo el alto número de público, ya que la anterior, realizada en el año 2019, tuvo las mismas cifras de popularidad, contando con 50.000 personas en vivo y 10.000 de manera virtual.
En el evento, la gente se encargó de observar todos los protocolos y de respetar las medidas sanitarias impuestas, por lo que no hubo inconvenientes y todo se desarrolló de manera pacífica y tranquila.
“Salud – Industria – Cultivo – Cultura”, fue el lema que ellos predicaban, y se pudo ver claramente en una cartelera gigante a la entrada de dicho acontecimiento, y quiere decir que estas son las cuatro patas fundamentales por las cuales se reclamó para que el cannabis sea legal.
Cuando la ley que permite usar el cannabis con fin medicinal se aprobó en el año 2017, tenía muchos cavos sueltos, los cuales hoy ya poco a poco se van atando, o al menos se va accediendo a los pedidos. En su reglamentación imponía diferentes limitaciones: solo admitía el uso para la epilepsia refractaria, prohibía el autocultivo, no reglamentaba la producción nacional y no aceptaba ventas por farmacias. Todas flores que se abrieron con la nueva normativa.
En los pabellones hubo diferentes tipos de stands, en donde había 150 marcas de disímiles empresas que ofrecen mil y un productos y servicios para el gremio. Desde algunos portafasos hasta precisos kits para medir los componentes del aceite, además de las máquinas industriales de procesamiento, cremas faciales regeneradoras, vaporizadores digitales de diseño y por último, pero no menos importante, los fundamentales “lillos”.
“Somos pioneros en su uso. Bueno… en la parte de óptica, porque los romanos usaban cáñamo para hacer ropa, las velas de Colón estaban hechas de cáñamo, es una materia prima milenaria. Tuvo mala prensa y mucho lobby en contra, acá la prohibieron los milicos en la dictadura”, dijo el emprendedor Federico Puy, quien es uno de los dueños de “Gaiahemp Eyewear”, una pyme quilmeña dedicada a la producción de anteojos forjados a base de cáñamo.
Los espacios más concurridos del salón principal fueron los de consultas medicinales, veterinarias y legales. La veterinaria Laura Colman, quién llegó desde Tandil, donde ejerce su oficio, contó: “El aceite de cannabis anda muy bien en varias patologías. Tratamientos de tumores, stress, antiinflamatorio y para gerontes. Incluso como ansiolítico, para tranquilizar a las mascotas cuando las dejamos solas. El cannabis es una terapia integral”. Antes de despedirse, aconseja: “Y no se automediquen, vayan siempre al veterinario amigo”.
También, hay testimonios de personas que asistieron a dicha exposición. “Trabajo con gente mayor. Hay muchos médicos con tabúes en mi laburo. En las charlas, entendí que acá hay una herramienta muy útil y tenemos que aprovecharla”, contó Virginia. Además, su madre, quién sufre reuma, señaló: “Me trato con aceite y mejoré mucho. Me cansé de hacerme mierda la panza con los medicamentos comunes, las plantas son un acto de amor, para combatir el dolor”.
Fernando Gorosito