Argentina es un país formado por diversas culturas, abrazada por diferentes artes originarios, que se han sostenido y persistido a lo largo del tiempo, y se ha fortalecido a través de las personas que, a lo largo de la historia, han llegado al país simplemente con lo puesto, sus creencias, sus gustos en la gastronomía, el estilo musical favorito, su propio idioma, pero lo más importante: sus sueños por cumplir.
La ficción apunta a ir en búsqueda de un mundo mejor e igualitario y muestra cómo las personas viven y e intentan relacionarse en una sociedad, a la que llegaron, en su mayoría, por razones de fuerza mayor, con el objetivo de poder mejorar su calidad de vida y dejar un futuro mejor a sus hijos. Pero claro está, no es nada fácil cuando hay que empezar de cero en un país donde pueden llegar a ser discriminados.
Para comprender mejor la situación del migrante, hablé con Francisca, una señora italiana que vino a la Argentina siendo muy chica. Su propósito era poder trabajar y poder dejarle algo a su familia. Urge la necesidad de preguntar cómo fue que tuvo ese valor de decidir, sabiendo las condiciones de desarrollo que tiene Italia, a lo que con los ojos brillantes responde que la guerra fue el causante de dejar sus colores atrás. Estaba convencida que tenía que partir para poder trabajar y mejorar su estilo de vida.
Esta serie de cortos, invita a valorar el aporte cultural de las personas migrantes para poder reflexionar y construir una sociedad libre de racismo o discriminación. La misma fue realizada por la Dirección de Programas Socioculturales, y filmada en el Centro de Integración para Personas Migrantes y Refugiadas, en el barrio porteño de Balvanera. Ganadora en los rubros mejor serie corta Argentina, mejor Interpretación, mejor guion y mejor elenco.
El proyecto cuenta, en capítulos cortos, historias perplejas donde la meta es dejar pensando y reflexionando sentimentalmente, a todos los interesados en querer conocer un poco más de las raíces de quines hoy, pueden ser nuestros padres.
Mariano Bruno