Una fuerte discusión entre Sergio Berni y Máximo Kirchner, cuando aún se estaban por definir los resultados de la PASO, puso sobre la mesa la renuncia del Ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires.
Sin embargo, Axel Kicillof salió a calmar las aguas rápidamente: “La inseguridad siempre es un problema y estamos en un momento especialmente difícil. En ese contexto, la gestión es buena: tuvimos recursos, tuvimos fondos, gestionó y entregó mucho a los municipios”
A menos de un mes para las elecciones generales, que se llevarán a cabo el próximo domingo 14 de noviembre, desde el oficialismo buscan reflejar un ambiente de calidez interna. De todos modos, no parece más que una imagen impostada.
En cuanto al propio Berni, los conflictos datan desde el comienzo del mandato de Alberto Fernández, ya que su inclusión en el Frente de Todos no fue unánime. El candidato del Presidente era Diego Gorgal, Secretario de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires entre 2005 y 2006 y allegado al Massismo como perteneciente al Frente Renovador, pero que el Kirchnerismo duro no aprobaba.
Lejos de buscar perpetuarse en su cargo, Berni “le tiró la pelota” a Kicillof. “Mi continuidad la determinará el gobernador. Tengo una responsabilidad. Después de las elecciones, si quieren, hablamos. Yo soy un soldado. Los soldados no nos rendimos, damos las peleas que tenemos que dar”, manifestó en dialogo con C5N.
La otra relación conflictiva, como dijimos anteriormente, la tiene con Máximo Kirchner, diputado e hijo de la figura más importante del Frente de Todos. Hubieron rumores de una supuesta pelea a las trompadas en la que el Ministro de Seguridad agarró el cuello al líder de La Cámpora, pero fue rápidamente desmentido por el primero de ellos, quien salió a restarle importancia a la discusión: “Discutimos, sí, claro, por supuesto. En el peronismo se discute, se discute fuerte, más cuando hay confianza de por medio, sería deshonesto decir que no he discutido muy fuerte con él, pero de ahí a agarrarlo del cuello. Eso no sucedió”.
Además, agregó: “Tenemos una visión táctica diferente. Si bien estratégicamente tenemos el mismo pensamiento de modelo de país, tácticamente, en relación a cómo llegar a los objetivos, y sobre todo los electorales, pensamos diferente. Yo estaba convencido de que teníamos que hacer una interna, me parece que era la mejor manera de ordenar, no solo hacia afuera, sino también hacia adentro”.
Y este no es un cruce aislado. A raíz de la situación que se está viviendo en Río Negro como consecuencia de la problemática de los pueblos originarios, que Berni describió como actos de terrorismo, se exponen diferencias claras con otro nombre fuerte del kirchnerismo como lo es Aníbal Fernández.
“La situación es muy seria, pero no como para hablar de terrorismo. Se trata de delitos comunes y punto. El resto es un invento para sacar una ventaja política”, comentó el Ministro de Seguridad de la Nación, contrastando la visión expresada por su par bonaerense. Luego, buscando cerrar el tema, añadió: “Lo que dice el Ministro Berni corre por su cuenta”.
En resumen, la figura del Ministro de Seguridad de la Provincia de de Buenos Aires, que en este caso es Sergio Berni, entra en conflicto, primero, con el propio Presidente de la Nación, y, después, con un diputado con mucho peso dentro del partido.
Si sumamos la inclusión de una figura que puede llegar a opacarlo como la del Ministro de Seguridad de la Nación, las relaciones internas se hacen aún más tensas. Todo esto, atenuado por la proximidad de las elecciones, probablemente estalle si los resultados en los comicios de noviembre no son los esperados. Solo el tiempo lo dirá.
Juan Nicolás Branz