La crisis humanitaria que se vive en Afganistán, luego de la decisión política de Joe Biden de retirar las tropas de Estados Unidos y el posterior ascenso del régimen talibán, despertó el interés de los líderes políticos y banqueros del Grupo de los Veinte (G20). En una reunión extraordinaria llevada a cabo en Italia, con su primer ministro, Mario Draghi, cómo anfitrión se aprobó una ayuda humanitaria de 1.300 millones de euros para el país del sur asiático.
La reunión anual del G20 se llevará a cabo a fin de mes, pero el mandatario italiano convocó a sus pares para tratar este tema puntual y evitar que el mismo posponga el temario de la agenda anual. La cumbre virtual no contó con la presencia de Xi Ping y Vladimir Putin, ambos representados por sus ministros de relaciones exteriores.
La ayuda económica estará compuesta por 1000 millones de euros donados por la Unión Europea y 300 millones por Estados Unidos. Unicef, a través de su directora Henrietta Fore, había advertido sobre la crisis humanitaria en niños en una conferencia realizada en Nueva York, el pasado agosto, donde expuso la situación de los menores en el país sitiado por las tropas norteamericanas. La gravedad de la realidad afgana queda reflejada en la falta de suministros médicos, una economía colapsada, la escasez de empleo y la inoportuna sequía climática.
Hernán Carnabuci