El nadador pampeano competirá en el Panamericano juvenil de Colombia con el agregado de ser entrenado por su padre, José Luis. En diálogo con Pirámide Invertida repasó su incipiente carrera, las dificultades que generó el aislamiento por la pandemia de coronavirus y sus metas a futuro.
-¿Cómo venís llevando está etapa de preparación para tu participación en el Panamericano de Colombia?
– Estoy muy bien. Muy contento. Disfrutando con mi familia este momento. En cuanto a la preparación estamos entrenando mucho durante la semana. Son semanas duras, quedan dos meses de entrenamientos y hay que poner todo el foco, son los detalles que después hacen la diferencia en la competencia.
–La pandemia complicó a todos los deportistas y en especial los nadadores que necesitan entrenarse en piletas, ¿cómo fue pasar ese momento? ¿Y qué sensación tuviste al volver a tener contacto con el agua?
– Fue un momento muy duro para todos, no solo para los deportistas. Desde el personal de salud hasta toda la gente que tuvo que pasar por el COVID. En lo personal, fue difícil entrenar. En mi casa tengo una pileta de 7 metros, en los primeros meses que la temperatura acompañaba, entrenaba allí atado a un elástico que me mantenía para poder nadar en el lugar, pero no lo hacía más de una hora porque me quemaba. Después, intentaba complementarlo con ejercicios aeróbicos y de fuerza. Cuando volví al agua, me sentí muy raro, fue como cuando empecé a nadar, una sensación muy linda volver a sentir el agua, el agarre y avanzar. Gracias a Dios, hoy podemos volver un poco más a la normalidad.
– Hiciste un descargo muy fuerte en mayo en tus redes para que todos tus colegas pudieran entrenarse. ¿Creías en el momento que la situación se pudo haber manejado mejor?
– El descargo fue porque cierto grupo de personas hablaba mucho e inventaba cosas con el objetivo de perjudicar nuestra imagen. En ese momento hice lo que sentía y no me arrepiento, creo que ya estoy grande como para dar mi punto de vista. La verdad es que no sé si se pudo haber manejado mejor, pero sí que que se dijeron muchas cosas que no eran así. Yo estaba en regla para poder estar entrenando, pero también faltaban muchos compañeros. Decían que «por ser hijo de..» yo estaba entrenando en plena pandemia en las piletas y no era así.
–¿Por cuáles características tuyas pensás que el público debería mirarte?
– Mi idea es dejar una imagen más que nada para los jóvenes. Incitando a las personas que quieran hacer un deporte, para combatir con tanto sedentarismo en época tan virtual. Aunque no sea para competir, pero les va a hacer bien para su salud. Por mis características el público debería mirarme por mi perseverancia durante todos estos años, porque mi estatura de 1.60 metro que sorprende al ganar una carrera. Soy consiente que por el esfuerzo y sacrificio se puede llegar, que siempre hay que tener los objetivos claros, perdí más de lo que gané y aprendés más de la derrota que la victoria. Nunca hay que rendirse, sin importar las cualidades físicas.
-¿Qué se siente representar a tu país y además hacerlo con tu papá, José Luis, que irá como entrenador?
– Hemos compartido muchas cosas en la selección. Es muy lindo poder compartirlo con él, yo lo amo, él me ama, somos padre e hijo, pero después a la hora de estar en la Selección, él es mi entrenador y obedezco ordenes. Es una sensación muy linda, a veces no dimensiono lo que me pasa a mi, hay pocos casos, no suele pasar, yo por ahí lo tomo normal, pero no lo es. Si yo cumplo mi objetivo, el también lo cumple, es reciproco. Fuimos aprendiendo un montón juntos, y gracias a Dios cumplimos un montón de sueños, una satisfacción enorme compartir todo con esto con él. Es un orgulloso representar al país.
-Sos joven y seguramente aspirás a muchas cosas, pero ¿cuál es tu sueño más grande?
– La verdad que he cumplido casi todos. Pero, pensando mucho más a futuro es clasificar a un Panamericano de primera y representar a de nuevo a la selección. Obviamente, después, está el sueño de todo deportista de alto rendimiento de poder representar a la Argentina en un Juego Olímpico. Eso es la gloria.
Por Julián Leiras.