Sinopsis: Shang-Chi y su amiga Katy, protagonizados por Simu Liu y Awkwafina, trabajan en un valet parking y disfrutan la cotidianidad de su vida, guardando un perfil bajo y divirtiéndose con amigos. Sin embargo, cuando el pasado de Shang se pone en contacto con él, deberá hacer frente a aquello que quiso dejar en el olvido y que se relaciona con su familia y con una leyenda sobre Diez Anillos que otorgan poder inaudito a quien los porte.
Desde el inicio de la pandemia todo fue muy complicado para Marvel y su universo cinematográfico. Shang-Chi y la leyenda de los Diez Anillos debería ser la primera película de la fase 4, pero debido a retrasos con otras producciones recién logró ver la luz del estreno el día jueves 2 de septiembre. El film propone una trama simple que narra el origen y que busca apuntar a un público específico, como podría ser el de Asia; algo que había ocurrido en anteriores cintas: Black Panther, dirigida en un público afroamericano y Capitana Marvel apuntando el reflector al empoderamiento femenino. Un acierto del Universo cinematográfico de Marvel (MCU, su sigla en inglés) y del director a cargo Destin Daniel Cretton.
Toda buena película de acción debe tener, aparte de una buena trama, un excelente villano y no es secreto que en largometrajes anteriores los villanos no daban la talla. Este no es el caso. Una de las principales misiones que tenía el director era la de limpiar el nombre del “Mandarín”, antagonista utilizado en el film Iron man 3 de manera errónea, al punto de ser repudiado por los fans, tanto del cine como de los comics. Sin duda el actor Tony Leung, interpretando a Xu Wenwu —en esta ocasión con el seudónimo del Mandarín— se roba la película. Este villano es uno de los mejor construidos desde el guión, pero la actuación de Leung lo transforma en el centro de atención, lugar que tiene bien ganado. Su historia es tan fascinante y melancólica que a pesar de lo terrible de sus acciones, llegás a sentir que están justificadas.
Por otro lado, podemos ver la buena química entre Shang y Katy dentro de la cinta, ya que ella no es solamente la mejor amiga del protagonista, ni un simple patiño. Awkwafina (Katy) toma, en ciertas ocasiones, el protagonismo enpatizando con la audiencia. Ambos viven bajo la misma presión y escapan a la responsabilidad de tener que encontrar su verdadero camino en la vida, que está alejado de las expectativas familiares. Todo el viaje de ambos está en función de esto y en el caso de Shang, de descubrir y aceptar sus raíces familiares para aceptar su camino. El film muestra ese camino y deja muy en claro que los personajes que vemos al final, tuvieron un enorme crecimiento si se comparan con los del inicio de la película.
Uno de los cameos que nos pudieron regalar fue la de la participación de Benedict Wong interpretando a Wong. La participación es breve, en donde se lo ve peleando contra Abominación (otro emblemático personaje de los cómics) en un torneo. Otro de los pocos cameos nos traslada a la escena post crédito (la primera) en el cual vemos la participación de Bruce Banner y Capitana Marvel dando pie a lo que pasará en las siguientes películas y las consecuencias de la misma.
En conclusión: El foco en los personajes es el corazón de la cinta. Están muy bien construidos para que este film tenga el toque que distingue a otros del Universo Cinematográfico de Marvel. Si estás buscando algo para ver este fin de semana, que trate de superhéroes, coreografías de artes marciales, cultura oriental, efectos especiales muy bien utilizados y un buen desarrollo de personajes, ver Shang Chi y el misterio de los diez anillos es la mejor opción. La fase 4 está en marcha y los próximos estrenos, como el de Spiderman 3 o Doctor Strange 2, nos van a mostrar todo lo que se estaba cocinando desde el inicio de la misma, como el tan ansiado Multiverso. Los años pasan y Marvel comandado por Kevin Feige promete no defraudar.
Matías Fabian Condori Pistan