Argentina y Brasil protagonizaron un vergonzoso episodio en la ciudad de San Pablo, y no llegaron a disputar más de cinco minutos de su partido. ¿La razón? Los allegados a la “Canarinha” aseguran que la suspensión tuvo que ver con una supuesta falsificación de documentos por parte de la delegación argentina.
Lo cierto es que esta situación ya cuenta con antecedentes similares, y a la hora de repasar los mismos, encontramos un precedente inmediato. El caso en cuestión es el de China y Pakistán, dos seleccionados que fueron severamente sancionados a partir de que se probara la influencia gubernamental en sus competencias.
Estos casos guardan relación con un posible castigo para el seleccionado “Auri-verde”, que podría verse afectado en caso de que se demuestre la inferencia del gobierno de Bolsonaro en la suspensión del encuentro. Esta penalización podría llegar a partir de la denominada “Interferencia de terceros”, algo prohibido por el organismo internacional.
Otro caso a destacar es el del encuentro entre el Paris Saint Germain y el Istanbul Basaksehir, el cual se disputó en diciembre del pasado año. En este caso, el partido fue suspendido por un episodio de discriminación del que no participaron los jugadores. Este problema se originó entre un miembro del cuerpo técnico turco, y un asistente del árbitro, y si bien el organismo que actuó frente a esta situación fue la UEFA, se decidió por continuar con el partido al día siguiente.
A partir de los ejemplos brindados, desde la AFA son optimistas de una determinación que favorezca a la Argentina. Esto se debe a que los jugadores argentinos envueltos en la polémica, se encontraban en regla para disputar el encuentro, por lo menos en lo que refiere al permiso de la FIFA y la Conmebol.
Según varios medios internacionales, las posibilidades que se manejan tienen que ver con la suspensión del encuentro y la entrega de los puntos para el seleccionado “Albiceleste”, o la reanudación del partido en una sede neutral como podría serlo Paraguay. Por último, es destacable que en caso de probarse la participación gubernamental en la suspensión del encuentro, el partido no tan solo le sería entregado a Argentina, sino que Brasil además podría afrontar duras sanciones.
Tomás Alberto Yolde