El día viernes 13 de agosto se estrenó en la plataforma digital Netflix una nueva serie original de producción argentina llamada El Reino, que cuenta con una gran cantidad de muy buenos actores y actrices, tales como Diego Peretti, Mercedes Morán, Chino Darin, Peter Lanzani, Joaquín Furriel y Nancy Duplaa.
Este thriller dirigido por Marcelo Piñeyro y con guion de Claudia Piñeiro, quienes ya habían trabajado juntos en la película La Viuda de los Jueves (2009), logró una potente, tensa y enigmática historia de suspenso que inicia con un asesinato a partir del cual se despegan múltiples elementos políticos, económicos, religiosos y familiares que se juntan para armar un rompecabezas narrativo, psicológico y policial que va tomando forma a medida que avanzan los capítulos.
El punto de inicio tiene lugar en el acto de cierre de un partido político en el que se presenta la fórmula de campaña que la encabeza Armando Badajoz (Daniel Kuzniecka) como presidente, y lo secunda el pastor evangelista de la Iglesia de la Luz, Emilio Vázquez Peña (Diego Peretti), como vice. En ese momento, mientras desfilan por la pasarela, Badajoz es apuñalado por lo que parece ser un fanático religioso y a partir de ese momento el pastor tomará la oportunidad de convertirse en el próximo presidente de la Nación, intentando descifrar quién es el asesino y cuáles fueron sus causas, mientras se prepara para ser el nuevo líder del país.
Con estos sucesos se forman dos grandes bandos, uno son los seguidores del pastor Vázquez Peña y la iglesia evangélica y el otro el de la investigación judicial.
Por el lado de la iglesia también vamos a tener dos grandes grupos: el de Emilio, su esposa Elena (Mercedes Morán) que no solo es el motor de la Iglesia, sino también de toda la familia, sus hijos Pablo (Patricio Aramburu), Magdalena (Victoria Almeida) y Ana (Vera Spinetta) —la hija menor y contadora de los negocios turbios de la empresa religiosa— y Rubén Osorio (Joaquín Furriel). Estos personajes buscarán a toda costa convertir a Emilio en el próximo presidente de la República e intentar ocultar todo su pasado relacionado con la pedofilia que lo rodea y así poder ganar sin problemas las elecciones. Quien se va a encargar de ocultar todo esto es Osorio, que es un infiltrado de los Estados Unidos que intenta cambiar el rumbo de la política argentina.
Y por el otro lado están Julio (Chino Darin), Tadeo (Peter Lanzani) y Remigio (Nicolás García Hume). Julio primero estaba con Emilio, pero al enterarse de su pasado se terminó cambiando de bando.
Y por la vereda opuesta también hay dos grupos que son prácticamente parecidos a los de la iglesia. Por un lado, está la fiscal Roberta Candia (Nancy Duplaa) y sus asistentes que intentaran buscar algo que relacione a los Vázquez Peña con el asesinato de Badajoz y por el otro bando está el juez y el procurador general (Alejandro Awada) que están presionados por el personaje de Furriel para que se termine rápido la causa.
Aunque es una ficción, la serie hace una profunda crítica de los negocios dudosos en el ámbito que hay detrás de la fe y toma como protagonista a la iglesia evangelista de nuestro país. Esto produjo un fuerte rechazo de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas (ACIERA) que realizó un documento firmado por su Consejo Directivo Nacional en el que acusa a la guionista Claudia Piñeiro de “un comportamiento fascista y un encono contra la cultura evangélica de la Argentina derivado de su militancia feminista durante el debate de la ley del aborto”.
Claudia Piñeiro – GuionistaAdemás, en el comunicado decían que la intención era “usar el arte para crear en el imaginario popular la percepción de que sus pastores solo tienen ambiciones de poder o de dinero a fines de segregar, marcar en listas y señalar como peligrosos y fundamentalistas a sus fieles y que se debiliten y desaparezcan”.
En otro de los pasajes del texto afirmaban “crear un producto cultural, como es una ficción de cine o una serie, desde la base del odio, para generar rechazo social a un colectivo religioso, es un acto que no realza la belleza de una profesión que se debería caracterizar por la transparencia y pureza intelectual y creativa, y no por usar la actuación para denostar y provocar el rechazo social a quienes piensan distinto a quien produce esa obra».
Por último, invitaban a que «vengan a ver la obra real que hacen esos ‘reaccionarios de derecha’ en las villas, cárceles, hospitales y entre la gente necesitada». Un par de horas después, tras el repudio generalizado, los evangélicos decidieron bajar el comunicado.
Ezequiel Hernan Garcia