El nadador argentino, Iñaki Basiloff, de 20 años, disputó su primer Juego Paralímpico y compitió en cuatro de las cincos finales posibles: 400 metros libres (terminó 4°), 200 metros combinados (4°), 100 metros espalda (7°) y la ya mencionada 50 metros mariposa (7°).
Una de las caras de la actualidad en la natación paraolímpica, la segunda disciplina que más medallas le dio a nuestro país en la historia de los Juegos con 61 medallas, detrás del atletismo, que cosechó 77. En los últimos Juegos Parapanamericanos disputados en Lima en 2019 cosechó seis medallas, una por cada competición y alcanzó un récord en los 400 mts libres.
A Iñaki le diagnosticaron una mielitis traversa que le afectaba directamente a su desarrollo muscular en las piernas. Por eso, el doctor le recomendó comenzar con la natación para ayudar con esto como un método de rehabilitación y para que realizara algún deporte.
Fue al club Alta Barda en Neuquén, su lugar de origen. Ahí probó el deporte, la competencia, tomó como un hogar al club y como un refugio a la vez, donde podía disfrutar de nadar más allá de su discapacidad.
Luego, al crecer, y realizar grandes marcas, se mudó al club Cipoletti. Ahí triunfó en las regionales y River Plate quedó fascinado con su performance.
Su mudanza a la gran ciudad trajo grandes cambios a su vida cotidiana, pero el atleta está más que focalizado en lo que vendrá. “Empecé por rehabilitación y de a poco me motivaron. Cada vez me entrenaba más y así empecé a entrar a los equipos de la selección. Me encantó”, decía hace unos años cuando veía Tokio y todavía era una meta por alcanzar.
La actualidad confirma el talento del argentino que demostró estar a la altura de sus primeros Juegos Paralímpicos con tan solo 20 años. Ahora tiene la mirada puesta en París 2024, pero antes están los Juegos Parapanamericanos 2022 en Santiago, y el Mundial.
“No soy de pensar mucho hacia atrás ni de trazarme objetivos a muy largo plazo, pero sí me pongo a pensar en todo lo que logré en estos casi ocho años de carrera. Es increíble. Para mí, la discapacidad no es un límite, sino más bien otro obstáculo que debo superar”, dijo Iñaki.