En Argentina, el fútbol ha sido comprendido por la sociedad no sólo como un deporte, sino también como un arte, una pasión de multitudes y un efectivo medio de cohesión social, útil para confeccionar una unión alrededor de la identidad del país.
En Argentina, como en muchos otros países del mundo, el fútbol es visto por los jóvenes como un método de relación social. Pero así como tiene sus aspectos positivos, también tiene sus lados negativos, como el hecho de los reiterados sucesos de violencia relacionados con la rivalidad extrema entre las hinchadas.
La pasión por los equipos no tiene límites de género, edad ni socioeconómicos. No obstante, generalmente entendemos el fútbol como un evento que provoca expectación, es decir, busca generar un espectáculo y, probablemente, sea este uno de sus primordiales objetivos. No se trata de un aspecto insignificante, es por ello que el fútbol, al sacar de raíz las más profundas emociones y sentimientos humanos, transforma este espectáculo en una masa cultural capaz incluso de articular socialmente, y generar comportamientos igualitarios.
Ahora bien, ¿se puede considerar al fútbol como cultura? En cuanto este deporte reúna un conjunto de saberes, creencias y modelos de conducta social, este deporte puede ser considerado como una expresión artística. Es por ello, que no solo es visto como un show, sino que posee ciertos valores sociales y culturales que se relacionan entre si y lo constituye.
Como resultado de encuestas realizadas a hinchas de diferentes equipos del fútbol argentino, se pueden apreciar las razones más significativas por las cuales cada persona se transforma en hincha; encontramos que la pasión es algo que se hereda de nuestros antepasados. Cada aficionado tiene una historia pasada que lo trasciende y por la cual se fanatiza, persiguiendo la pasión por el equipo del cual se siente parte. Podemos confirmar que ir a la cancha es esperar ese día para compartir un lugar, un evento, una pasión con gente desconocida pero que sienten lo mismo, es encontrarse con otra parte de la familia.
Claro está que un partido se puede ver en la televisión, pero el sentido de pertenencia que brinda ir a un estadio de fútbol es único. Obviamente, sin contar el hecho de que a la persona que le gusta el deporte, ir a la cancha le permite ver otras cosas que la televisión no muestra.
Al evaluar sobre el motivo que despierta la pasión sobre cada aficionado, observamos que todos tienen una opinión muy subjetiva de ese concepto; algunos afirman que no tiene explicación, otros que no tiene lógica o que se nace simplemente con eso, se encuentra en el ADN desde un comienzo. De esta manera, refleja lo complejo que es definir un sentimiento tan grande y tan fuerte.
No cabe duda de que el deporte supremo, el fútbol, constituye una parte muy importante de la cultura argentina. Diferentes estudios a lo largo de la historia así lo señalan. La relación entre el tango y el fútbol pronto comenzó a evidenciarse ya desde comienzos del siglo XX, cuando importantes compositores de este estilo compusieron obras para diferentes clubes. Este deporte genera diferentes y variadas emociones tanto en los propios jugadores como en los aficionados a los equipos; la euforia, la frustración, la tristeza, la locura, la alegría y la pasión.
En muchos países de diferentes continentes en el mundo, el fútbol es algo que se aprende desde que se nace; sirve para reforzar componentes o valores de la vida muy importantes y actúa como símbolo para enseñar a los jugadores con cada partido transcurrido, porque en estos ocurren los sentimientos y emociones más profundos de la vida, algo que puede ser visto como una obra dramática, en la que los jugadores tratan, con toda sus energías, de lograr ciertos objetivos. La comunicación, la habilidad de trabajar con otros, la responsabilidad, y la resistencia física y mental juegan una gran parte dentro de la cancha, forzando a los jugadores a mejorar día a día para lograr el éxito.
El sentimiento de pasión que el hincha tiene se ve reflejado en el comportamiento que este manifiesta en diferentes ocasiones o situaciones, tales como seguir incondicionalmente a su equipo para alentarlo en donde juegue, independientemente del resultado final.
Mariano Bruno