Nacido en 1935 en Gualeguaychú, Guillermo Zarba se crió en Concordia y, aunque hace años estaba radicado en Buenos Aires, nunca abandonó su paisaje natural para desplegar sus sonidos en más de cuatro décadas de actividad. A partir de su primera grabación en el año 1976, comenzó a actuar con formaciones instrumentales y a lo largo de su carrera se presentó en diversos escenarios argentinos y del exterior. Se destacó por imponerle a su música una impronta armónica innovadora, por lo que su obra bien puede ser incluida dentro de la música contemporánea.
«Zarba fue un pionero en la tarea de llevar al piano las músicas nuestras, litoraleñas, entrerrianas. Sus ocurrencias a la hora de arreglar, su gusto por la disonancia y los juegos tímbricos, evidencian sus recorridos bajo la guía de maestros académicos de la llamada ‘música contemporánea’ en Buenos Aires en el siglo XX. Es en ese contexto de libertad desprejuiciada que su música encontró su cauce. Sin apartarse de las formas tradicionales, logró ‘llevar’ los ritmos del litoral con gran naturalidad en el piano solo», destacó José Bulos, también pianista de la provincia de Entre Rios.
El bandoneonista también entrerriano, Gustavo Reynoso, comentó: «Fue un gran amigo, una persona muy generosa. Respecto a toda su tarea creativa, sus proyectos, su labor artística, fue muy importante, aportó mucho a nuestra música y eso la historia lo va a reconocer. Su música lo va a trascender».
«Tuve el honor y la alegría de compartir trabajos con él», dijo, a su vez, la cantora de Paraná María Silva, que compartió escenarios y estudios de grabación con Zarba desde los años 80. «Hacia una música de otro nivel, pintó de una manera fantástica nuestra idiosincrasia, nuestra música y le puso lo suyo».
Wlasiczuk Tomás.