Alberto Samid no atraviesa el mejor momento de su vida. El reconocido empresario sufre una condena de cuatro años de prisión por asociación ilícita, pero goza de arresto domiciliario con una tobillera electrónica debido a que la Corte Suprema de Justicia debe resolver un recurso contra esa pena.
Pero Samid no respetó las condiciones y sufre las consecuencias. El Tribunal Oral en lo Penal Económico le debió revocar las salidas laborales. Estaba autorizado a ir al Mercado Central tres veces por semana en horarios preestablecidos. Esto cambió cuando fue filmado almorzando con otros individuos el feriado del 21 de junio pasado en una conocida parrilla de Ramos Mejía, Buenos Aires.
El político que fue diputado provincial entre 1987 y 1991 explicó que: «había ido al lugar a dejar un pedido de carne». Pero esto fue desmentido por los dueños del restaurante. De esta manera, el Tribunal decidió mantener el arresto domiciliario dispuesto por decisión del 24/06/19 en las condiciones allí aludidas» y recordar que «ante un nuevo incumplimiento de las obligaciones asumidas, se dejará sin efecto el arresto domiciliario concedido y se dispondrá su inmediato alojamiento en sede carcelaria».
Pero no sólo eso, además los jueces le impusieron al Rey de la Carne que se coloque un nuevo dispositivo que cuente con el servicio localizador de GPS para que sea monitoreado por la Dirección de Control para Personas Bajo Vigilancia Electrónica del Ministerio de Justicia de la Nación.