Rubén Magnano, quien siendo técnico lideró la Generación Dorada del básquetbol nacional, ya es leyenda por ingresar al lugar de máxima importancia de la disciplina, el Salón de la Fama de la FIBA.
Al cordobés -hoy entrenador del seleccionado uruguayo- nunca le gustaron los elogios, pero estar dentro de las mejores personalidades del baloncesto es un máximum en su carrera, que se ve lejana a terminar.
La inclusión en ese sitial de honor de la Federación Internacional de Básquetbol le llega a los 66 años, tras acumular méritos suficientes para ser considerado uno de los mejores: oro en los JJ.OO. de Atenas 2004, plata mundial en Indianápolis 2002 y una notable trayectoria en los equipos argentinos, así como también en Italia y España.
“Los reconocimientos son momentos muy especiales para una persona. Esta vez fue virtual y aunque el hecho presencial cobre otra imagen, no faltará oportunidad para hacerse presente y estar en contacto directo con este lugar”, declaró Magnano, emocionado al recibir el reconocimiento.
Paola C. Lezcano