Las alarmas volvieron a sonar en este último tiempo por los choques entre futbolistas y la latente posibilidad de lesiones que van más allá de un corte visible. Los golpes del boxeo, los tobillos de los basquetbolistas o la espalda de los golfistas son algunos temas comunes pero, ninguno es tan grave como un golpe en la cabeza.
El deporte que marcó tendencia en tratar el tema fue el fútbol americano, pero poco tardó en pasar al fútbol, donde también se comprobó que los golpes o algunos choques de cabeza son muy comunes.
Más allá de la impactante escena del danés Christian Eriksen, de la que aún no se saben de manera fehaciente los motivos, imágenes como la de David Luiz y Raúl Jiménez durante un Arsenal – Wolverhampton en el 2020, o la caída del arquero de la selección argentina, Emiliano Martínez, entre tantas otras, han dejado con un sabor amargo al mundo del fútbol. Ver cómo caen desplomados sobre el césped luego de un choque es algo que no solo debe generar impacto visual, sino que también obliga a las organizaciones a actuar en consecuencia.
La International Football Association Board (IFAB) dispuso un cambio en su última reunión del 2020 que puede hacer variar por completo todo lo que se había visto con respecto a estos golpes. El ente que se ocupa de las reglas del fútbol quiere que exista la posibilidad de hacer un cambio disponible para sustituir al jugador que haya sufrido la conmoción sin impactar en las clásicas sustituciones. Una medida que las diferentes federaciones tendrán que acordar si la aplicará o no.
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Varios profesionales de la salud afirman que recibir un impacto que produzca una conmoción no es algo momentáneo, sino que en los siguientes minutos se incrementa el riesgo de sufrir daños más importantes en la misma zona.
«Los exámenes internacionalmente admitidos de verificación de síntomas de lesiones cerebrales exigen varias pruebas. Para un médico experto, esto requiere un mínimo de diez minutos», explicó Vincent Gouttegarge, médico del sindicato mundial de jugadores FIFPRO. Por tal motivo, la IFAB recomendó que se le dé a los especialistas al menos ese lapso de tiempo para comprobar que todo esté en condiciones.
Para la IFAB, esta medida impide que un jugador siga en el campo y pueda sufrir otra conmoción durante el partido, ya que los múltiples incidentes de lesiones en la cabeza pueden tener consecuencias muy graves. Esto les permitiría a los equipos que, en caso de duda sobre el estado que manifieste el jugador, pueda ser retirado sin generar desventaja numérica y reduce la presión sobre el personal médico para hacer una rápida evaluación. Tampoco el equipo se ve forzado en mantenerlo sobre el campo de juego.
En algunos países estas medidas de concientización se han tomado también en divisiones inferiores. El neurólogo William Stewart lideró un estudio a partir del cual en Escocia se ha decidido que los menores de 12 años tengan prohibido cabecear porque pueden producir lesiones cerebrales a largo plazo. Esta norma entró en vigencia en enero de 2020 tras el estudio realizado por la Universidad de Glasgow, cuyo resultado indicó que los futbolistas tienen el triple de posibilidades de contraer enfermedades neurológicas.
Es por este motivo que se apuesta por la sustitución «gratuita» para los jugadores conmocionados. Pero desde los organismos de futbolistas y los médicos, se pide que se adapte el ejemplo que siguen el fútbol americano y el rugby, en donde existen cambios temporales. De esa manera, les permitiría a los cuerpos médicos realizar un examen completo al jugador.
Si finalmente esta norma se termina adaptando en las diferentes federaciones, será un nuevo avance para proteger a los futbolistas y prevenir que se vean afectados en el futuro por enfermedades asociadas a los golpes en la cabeza.
Bruno Mariano, Calabrese Marcos, Gaetán César