El automovilismo argentino está de luto, ya que hace algunos días, el 7 de junio, falleció Carlos Marincovich, un histórico piloto de nuestro país, a los 77 años.
Había sido internado en primera instancia el 1 de abril en la Clínica Olivos, donde estuvo casi un mes, pero luego fue trasladado a la Clínica de Rehabilitación Integral ALCLA de Núñez donde se encontraba intubado.
Al principio, el arrecifeño había dado positivo de Covid 19, por lo que permaneció en terapia intensiva, con sedación y respiración mecánica, debido a su enfermedad preexistente (EPOC). Pero luego su situación se complicó aun más, debido a un shock séptico y una bacteria intrahospitalaria.
«Pudo superar el coronavirus, una neumonía, y hace una semana se complicó su cuadro con una infección intrahospitalaria que le provocó un shock séptico, con una baja de presión que debilitó su corazón», le informó Paula Marincovich (hija de Carlos) a la agencia Télam.
Mientras que Carlos Martin (su otro hijo) expresó con mucho dolor: “Mi viejo tenía EPOC por haber sido fumador. Se agarró el COVID-19 y lo internamos temprano. Estuvo casi dos meses con respirador. Él lo venció al coronavirus, pero después no le quedó resto para poder salir del respirador. Después le agarró una infección intrahospitalaria y eso fue lo que lo tuvo complicado estos últimos días. Le faltaba una semana para la vacuna; lo internamos y a los cinco o seis días tenía el turno para darse la primera dosis”.
“Sandy” (uno de sus apodos) había nacido el 3 de julio de 1943 en Arrecifes, una ciudad que le ha aportado grandes pilotos al automovilismo nacional, también conocida como la “Cuna de Campeones” de este deporte. Carlos fue sobrino de Néstor Marincovich, quien corrió en TC con el seudónimo de «Sandokan», y de ahí surgió el apodo de “Sandy”.
Pero “El Ruso” (otra de las maneras por las que lo llamaban) no solo heredó el sobrenombre, también la pasión por las carreras, al igual que otras glorias de la ciudad como Ángel Lo Valvo, Luis Di Palma, Norberto Fontana, Agustín Canapino, entre otros reconocidos corredores.
Marincovich debutó en el Turismo Carretera en agosto de 1964 (a los 21 años) con una coupé Chevrolet en la Vuelta de Salto, que llevaba el nombre de “Sandokan II”. En esa misma temporada llegarían sus primeros podios en las Mil Millas y al año siguiente en la Vuelta de Santa Fe, demostrando que era un piloto de un enorme talento.
Dos años más tarde, vivió uno de los mejores momentos de su carrera, ya que José Froilán González (piloto y preparador de coches de competición), lo invitó a manejar el “Chevitú”, con el cual Carlitos logró su primera victoria en el Autódromo de Buenos Aires. Aquel modelo quedaría grabado a fuego en la memoria de todos los fanáticos del automovilismo y principalmente de los amantes de la marca del moño.
Otro momento que marcó su carrera, y la historia del automovilismo nacional, fue cuando se convirtió en el primer piloto en ganar con un coupé Chevy, en la Vuelta de Chacabuco el 9 de julio de 1972, en el circuito rutero de Pergamino.
Además, “El Ruso” a lo largo de su carrera consiguió dos éxitos con Chevrolet en 1968. Sumó dos más con Torino en 1971, y un año más tarde volvió al Chivo de manera oficial, donde logró festejar en 1973, 1974, 1975 y 1976. En esta época fue compañero de equipo de un joven llamado Roberto José Mouras, que también se convirtió en un ícono de Chevrolet.
En 1976, Marincovich anunció su retiro del automovilismo, pero las ganas y la pasión por seguir corriendo, lo llevaron a volver a la pista, y continuó compitiendo de manera interrumpida hasta 1988. Participó en competencias de Turismo Nacional, TC 2000 y el Club Argentino de Pilotos, entre otras. En 1987 y 1988, volvió al TC para correr algunas carreras con Chevrolet y Dodge.
Pero Carlitos también dijo presente a nivel internacional, cuando participó de los 1.000 Kilómetros de Buenos Aires y de los 1.000 kilómetros de Nürburgring, en Alemania, con un Berta LR, que compartió con el «Loco» Di Palma.
Además, en 1971 corrió en el Gran Premio de la República Argentina de Fórmula 1, una carrera no puntuable que se usó como prueba para ver si nuestro país podía recuperar una fecha por el Campeonato del Mundo, algo que obtuvo en 1972. “Sandy” se presentó con un McLaren-Chevrolet (abandonó por problemas en la inyección), pero pudo darse la posibilidad de medirse con varios de los mejores pilotos del mundo.
Sin embargo, su retiro definitivo no logró que Carlos se alejara de las carreras, ya que en 2019 su hijo, Carlos Martín ,encabezó el armado de una cupé Chevy similar a la que corrió “El Ruso” y que hizo historia en el TC.
En el año 2020, Carlos Marincovivh siguió ligado al mundo de las carreras, pero esta vez de una forma diferente. Publicó “El automovilismo que yo viví”, una biografía de 450 páginas donde relata sus vivencias a lo largo de su nutrida campaña deportiva.
Autor: Gianluca Lionel Primo Bermúdez, 2° A, turno tarde