El 28 de abril, miles de personas salieron a las calles a manifestarse en contra de la reforma tributaria que el presidente, Iván Duque, envió al Congreso. Dicha reforma consistía en la suba de impuestos para la recaudación de mayores ingresos destinados al Estado, además de aumentar el IVA, principalmente en productos de primera necesidad, servicios públicos y funerarios.
El pueblo, sin embargo, no solo tenía en cuenta esta medida a la hora de protestar, sino que también expresaban su descontento ante el aumento de la pobreza en 2020, que trepó a la cifra de 42,5%, a lo que se sumó el descenso más grande de su historia en lo que refiere al producto interno bruto (PIB), que registró una caída de 7% anual. Además, desde el gobierno colombiano se tenía en vista una renovación en el sistema de salud, en donde los costos se redirigían desde el Estado nacional a la sociedad, lo cual incrementó la indignación entre los colombianos.
Ante esta masiva demostración, el Presidente decretó el toque de queda y envió a las fuerzas militares a las calles para cesar con las manifestaciones. Los ciudadanos, pese a esto, operaron por llamar al paro laboral, lo que aumentó asimismo las protestas.
Al día siguiente, estos actos continuaron desplegándose en numerosas ciudades, que contaron con el apoyo de los médicos, quienes se expresaron por medio de pancartas desde los balcones de los hospitales. Todo mantenía un clima pacífico, donde las manifestaciones se daban de diversas maneras, algunas eran hechas con cánticos y bailes, otras con marchas calmas, hasta que las fuerzas militares fueron puestas en función y la situación comenzó a agravarse.
Los uniformados, acompañados de tanques de guerra, salieron a las calles con armamentos sumamente preparados y gases lacrimógenos. El objetivo se centraba en frenar las manifestaciones, lo que dejó como resultado a decenas de heridos y un enojo instalado en la sociedad, lo cual dio pie a que las protestas se intensifiquen.
Corridas, balaceras, heridos de gravedad y muertos a manos de las fuerzas. El 5 de mayo fue uno de los días más oscuros dentro del «paro», cuando un joven estudiante en la ciudad de Pereira, llamado Lucas Villa, recibió ocho disparos por la policía cuando manifestaba pacíficamente. Horas antes de encontrarlo en el suelo, aparecía en un vídeo gritando sobre el cántico que se estaba reproduciendo: «Nos están matando aquí en Colombia». Finalmente, tras agonizar por cinco días, falleció el lunes 10 de mayo.
Tras este fatídico hecho, rumores sobre un supuesto corte en el servicio de internet comenzó a surgir en el país, teniendo a esto como objetivo para que los ciudadanos no puedan trasmitir hacia el exterior lo que ocurría, razón por la cual pidieron una mayor difusión de los hechos en todas las redes sociales, mayormente de las figuras del espectáculo colombianas. En efecto, varias ciudades sufrieron por días el corte del suministro de luz.
Duque retiró la reforma del Congreso el 2 de mayo. Sin embargo el pueblo continúa con las protestas en busca de una mejora en salud, en el campo laboral, en la educación y la producción nacional. A esto se suman las quejas ante la reciente ratificación de la Conmebol sobre Colombia, que junto a la Argentina será una de las dos sedes de la Copa América 2021. Este evento deportivo es visto por los manifestantes como «la pantalla que ocultará todos los delitos llevados a cabo por el Gobierno». El encuentro de River con Junior de Barranquilla por la Copa Libertadores la semana pasada ha sido una demostración de lo que ocurre puertas afuera del estadio, ya que previamente al partido hubo nuevos enfrentamientos con el objetivo de reprimir a los ciudadanos que se encontraban manifestándose a los alrededores.
La cantidad de personas muertes supera las 45, hay decenas de denuncias por abuso sexual de parte de la policía hacia las mujeres y más de mil heridos. Actualmente, la ONU ha comenzado la investigación de los casos donde se identifique un exceso del uso de la fuerza. Según Carlos Ruiz Massieu, jefe de la misión de la ONU en Colombia, «hay condena sobre excesos que se han cometido»