El embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, se reunió con el ex presidente de ese país, Lula Da Silva, en lo que fue el primer encuentro con un político argentino desde que el mandatario fue absuelto y sobreseído por delitos de corrupción. El evento tuvo lugar en Brasilia y el tema giro en torno a la integración bilateral de los dos estados y también de un fortalecimiento del Mercosur.
Hay que tener en cuenta que existe un vínculo cercano desde la época en que Daniel era vicepresidente de Néstor Kirchner y se afianzó más cuando fue Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, al punto de recibir el apoyo de Lula para su campaña electoral en 2015. Coincidieron en foros y con el correr de los años el vinculo se mantiene y esta reunión fue la clara muestra.
Una de las principales tareas de Scioli es mejorar la relación entre ambos países, bastante tensas desde el cambio de Gobierno, mas que nada por sus diferencias sobre la visión de la economía y el libre mercado, como así también las distintas posturas de acuerdo al avance del Coronavirus en el mundo.
Durante la hora de reunión, ambos debatieron sobre el Mercosur, donde el actual gobierno de Brasil, encabezado por Jair Bolsonaro, defiende la flexibilización del Mercosur para poder negociar unilateralmente alianzas comerciales con otros bloques o países, además de reducir la tarifa externa común para productos ajenos al bloque, idea que es apoyada también por Uruguay. Enfrente, están las postura de Argentina y Paraguay, que promueven el fortalecimiento del cono sudamericano. Durante su mandato, Da Silva fue unos de los promotores de este bloque junto a Néstor Kirchner, donde lograron unir a Latinoamérica en temas políticos, económicos, comerciales.
Discutieron también sobre diferentes proyectos bilaterales que llevan a cabo los dos países, como la integración energética a través del gasoducto Vaca Muerta-Porto Alegre, donde se busca un comercio mas equilibrado con el país vecino. «Él tiene una visión de alianza estratégica entre Argentina y Brasil, que cuando más fuertes sean juntos, también serán más fuertes Paraguay y Uruguay. Lula enfatizó que juntos somos más fuertes y separados más débiles» comento Scioli.
Otro de los temas fue el COVID–19, donde se planteó la necesidad de conseguir mas vacunas y el apoyo a la liberación de las patentes para los inoculantes, idea que cuenta con el apoyo de Estados Unidos pero que no termina de ser una realidad debido al gran negocio que conlleva la vacunación. Brasil fue uno de los países mas golpeados por la pandemia en el mundo. Se ubica segundo en el mundo con mayor cantidad de casos confirmados y en el top 3 de muertes por millón de habitantes.
La actividad de Lula formó parte de las diversas reuniones que mantuvo el ex mandatario en Brasilia, junto a otros embajadores de Alemania, Grecia, Sudáfrica, Cuba y Venezuela. También habló con el expresidente José Sarney, en el contexto de una semana clave para tejer alianzas de cara a su posible candidatura a presidente en 2022. Lula busca reactivar las relaciones con la Argentina, sobre todo porque es el principal destino comercial de la región y el tercero después de China y Estados Unidos.
El ex gobernador Scioli por su parte, ya se ha reunido con Bolsonaro, en busca de proponer una agenda bilateral que afiance los lazos productivos y de exportación. Recientemente destrabó la exportación de langostinos al país vecino, vía Florianópolis, uno de los puertos con más tráfico. También desde Mar del Plata, principal exportador, festejaron este acuerdo que estaba prohibido por una medida cautelar desde 2013.
Alberto Fernández visitó a Lula cuando estaba en la cárcel, en 2019, en plena campaña electoral y denunció que existía un “lawfare” (guerra judicial). En ese momento, el entonces candidato estaba en una batalla de acusaciones contra Jair Bolsonaro, justo cuando se estaba jactando el pacto entre Mercosur y la Unión Europea. “Lula es claramente un perseguido del gobierno de Bolsonaro, que ha tenido la imprudencia de hacer ministro de Justicia al que persiguió y encarceló a Lula” soltó Fernández, haciendo alusión a la designación de Sergio Moro, juez que ordenó la detención del ex presidente brasilero.
Recordemos que Lula da Silva fue condenado por corrupción y lavado de dinero en el año 2018, justo después de presentar su candidatura para la presidencia. Todo comienza en el año 2014, con el denominado “Caso Petrobras”, luego llamado “Lava Jato”, donde sale a la luz toda una gigantesca trama de irregularidades de la petrolera nacional. Sucesivamente ocurre la caída del empresario Marcelo Odebrecht, luego llego la destitución de Dilma Rousseff, pasando por el encarcelamiento del expresidente hasta su posterior liberación en 2020.
Es importante reactivar el dialogo con Lula, ya que representa gran parte del electorado carioca, todavía es el fundador del Partido de los Trabajadores (PT) y busca postularse para las elecciones del año próximo, en lo que podría ser un quiebre en los gobiernos latinoamericanos, como también marcar la recuperación y unión nuevamente del bloque del Mercosur.
Bautista Hamonet