La semana pasada se dio a conocer la carta de Iván Davidovich, un joven de 21 años que es estudiante universitario de diseño multimedial y padece de parálisis cerebral, en donde cuestionó los dichos del presidente Alberto Fernández sobre las personas con discapacidad. “He hablado con maestras de escuela de chicos con capacidades diferentes, de lo difícil que se les hace trabajar con esos chicos, que no entienden la dimensión del problema sanitario que enfrentan”, expresó el mandatario. Frente a estas declaraciones, Davidovich publicó: «Estoy en silla de ruedas, pero no significa que no entienda la grave situación del país y el mundo»; y agregó: «Esto me hace pensar que muchos de nosotros no recibimos la vacuna de COVID-19 porque no entendemos la situación que estamos pasando».
Hoy en día, Iván se comunica a través de un sistema por computadora llamado «Tobi» que le permite dirigir el teclado a través de su mirada y transmitir la voz.
Hasta el momento, la provincia de Neuquén es la única que inició la campaña que solicita registrar una inscripción de este grupo poblacional para la vacuna. Los inscriptos, serán verificados y validados por la Agencia Nacional de Discapacidad, y una vez autenticada la pertinencia a este registro de acceso preferencial, le corresponderá al Ministerio de Salud de la provincia verificar en cada caso la pertinencia o la contraindicación para las vacunas disponibles, basándose en la prescripción médica que detalle los factores de riesgo y comorbilidades que deben ser considerados en todas las personas.
Actualmente en el AMBA, las personas con discapacidad no se encuentran en el plan estratégico de vacunación. La prioridad está focalizada en personas con riesgos por exposición y función estratégica, personal de salud, escalonamiento en función de la Fuerzas armadas, de seguridad y personal de servicios penitenciarios, personal docente y no docente (inicial, primaria y secundaria), y otras poblaciones estratégicas definidas por las jurisdicciones y la disponibilidad de dosis.