El mal uso de antibióticos dentro de las distintas sociedades del mundo no es algo nuevo, pero durante el 2020 el incremento de los mismos ha sido exponencial debido al marco que presenta la pandemia del coronavirus. Según varios reportes provenientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay entre un 70% y 80% de personas a nivel mundial que se encuentran internadas debido al coronavirus a los cuales se les da antimicrobianos. Esto se hace por la sospecha de una posible presencia de una infección respiratoria baja, a pesar de que esta situación no se encuentra en la mayoría de los casos, únicamente en el 6% de los casos registrados. Por este motivo, se podría llegar a generar la aparición y dispersión veloces de resistencia hacia los mismos, lo cual hace que el mundo de la medicina y las autoridades sanitarias alrededor del mundo se encuentren preocupados.
Cálculos estimados señalan que para dentro de una década el consumo mundial de antimicrobianos aumentará un 67% y para el año 2050 se puede llegar a esperar que la resistencia antimicrobiana sea una de las principales causas que generen la muerte, sobrepasando increíblemente al cáncer. Cada año fallecen aproximadamente 700.000 personas debido a esta causa y si no se llegan a tomar medidas rápidamente sobre el tema esta cifra podría llegar a superar los 10 millones para el 2050. Todo esto es consecuencia de que la resistencia antimicrobiana progresa mucho más rápido de lo que lo hace la generación de antibióticos nuevos actualmente.
Durante el transcurso de la pandemia alrededor del mundo se pudo registrar un gran incremento del consumo de antibióticos debido a dos factores, más allá de que nos encontramos tratando con una enfermedad que es viral. El primer factor trata sobre la indicación de antibióticos habitual frente a la neumonía de la comunidad, por este motivo hay una sobre prescripción de antibióticos. El otro factor visible es que los pacientes los cuales son internados de forma grave o intensiva padecen de infecciones que están asociadas al cuidado de la salud al encontrarse ventilados y estas mismas son las que solicitan de un gran consumo de antibióticos.
Además, según estudios el mecanismo, el cual genera la resistencia, no precisa de mucho estímulo para que sea disparado y a su vez no se relaciona con la dosis ni durabilidad de lo que sería un tratamiento antibiótico. Con un único comprimido, no importa el antibiótico del cual se este hablando, mal prescripto es totalmente suficiente para lograr que se desarrollen los mecanismos para poder ser resistente al antibiótico en cuestión. Esto se debe a que las bacterias que se encuentran dentro de las personas se ven amenazadas y hacen una reacción contraproducente haciéndose resistentes.
A pesar de haber incrementado esta problemática durante la cuarentena de este año es un tema el cual hay que tomar con severa responsabilidad, todo el mundo de la medicina habla sobre que la población tiene que aprender a respetar y debe saber que los antibióticos únicamente deben ser ingeridos si un médico así lo indica. Farmacéuticos y autoridades tienen una gran labor en este aspecto ya que no deben vender antibióticos sin receta y deben controlar el movimiento de los mismos respectivamente.
Además de las consecuencias médicas que esto puede llegar a generar, el uso indebido de antibióticos a su vez tiene un gran impacto en la economía. El 35% del presupuesto que es destinado a la salud es utilizado en antibióticos, debido nuevamente al mal uso y a el fácil acceso que poseen algunos medicamentos que no requieren receta alguna.
En un ambiente donde nos encontramos bacterias para las que no existen por el momento antibiótico para lograr vencerlas se celebra del 18 al 24 de noviembre la semana mundial de concientización sobre el uso de antibióticos, propuesta que fomenta la OMS a nivel global, para lograr generar conciencia y promover que entre todos haya mejores prácticas hacia el tema.