El juicio que inició este lunes contra el ex presidente francés Nicolas Sarkozy, acusado de corrupción y tráfico de influencia, fue suspendido hasta el jueves para dar tiempo a que se realice un examen médico a uno de los coacusados. El tribunal correccional de París «decidió ordenar un examen médico» del ex juez Gilbert Azibert, de 73 años, que no compareció a la audiencia por razones médicas. Azibert alegó problemas cardíacos y respiratorios para no abandonar su domicilio de Burdeos.
Sarkozy, que presidió Francia entre 2007 y 2012, se convirtió en el primer ex presidente francés que se sienta en el banquillo de los acusados. Antes de él, sólo un ex presidente francés, el mentor político de Sarkozy, Jacques Chirac, ha tenido que afrontar la justicia después de dejar el cargo, pero debido a su mala salud, Chirac nunca compareció ante la corte.
Casi siete años después de que saliera a la luz el caso conocido en Francia como el de las «escuchas», Sarkozy compareció ante un tribunal de París por presuntamente haber intentado corromper al ex juez Azibert a través del abogado y amigo de toda la vida, Thierry Herzog.
El caso «de las escuchas» tiene su origen en otro caso que amenaza a Nicolas Sarkozy: las sospechas de que recibió financiación del régimen libio de Muamar Gadafi durante la campaña presidencial de 2007 que lo llevó al Elíseo. Los jueces habían decidido pinchar el teléfono del ex presidente y fue así que descubrieron que tenía una línea secreta en la que utilizaba el seudónimo «Paul Bismuth». Según los investigadores, algunas de las conversaciones que tenía allí revelaron la existencia de un pacto de corrupción.
De ser declarado culpable, el ex presidente podría ser condenado a una pena de prisión de hasta 10 años y una multa máxima de un millón de euros (1,2 millones de dólares).