Andrey Rublev se consagró campeón del ATP 500 de San Petersburgo luego de derrotar a Borna Coric -finalista de la competición por segunda vez consecutiva y verdugo de Medvedev- por 7-6 (5) y 6-4. Con este resultado, obtuvo el cuarto título del año (Doha, Adelaida y Hamburgo) y el sexto de su carrera.
El peso de la localía no fue realmente un problema para el ruso. El partido nunca se descomprimió y tan solo un quiebre en 22 juegos de servicios marcó la diferencia final. Rublev tuvo que convivir con un público de alrededor 3500 personas alentando por él y con una previa que lo afirmaba como favorito en cualquier parte del mundo.
Andrey desplegó una notable faena en cuanto a la gran solidez de todos sus golpes, siempre con el drive como su arma más letal. La perseverancia, consistencia y frialdad típica de un ruso le colocaron la etiqueta de campeón, le permitieron alzar el trofeo y lo enviaron directamente al N° 8 del ranking mundial tras desplazar al argentino Diego Schwartzman al noveno lugar.
Franco Ferrero