El 2020 no está siendo uno de esos años que uno podría recordar con una sonrisa, por decirlo en términos simples. A la crisis sanitaria que azotó al mundo, por culpa del Covid-19, se le suman la crecientes crisis económicas y sociales; por lo que, una gran parte de la población argentina se sintió obligada a movilizarse y protestar contra un gobierno que carece de respuestas.
Parado sobre uno de los miles de autos que marcharon en Buenos Aires, que tenía a Patricia Bullrich al volante, se encontraba Damián Arabia empuñando, como cualquier joven apasionado, la bandera nacional. «Yo soy un convencido de las ideas de la libertad y creo que es muy peligroso hacia donde está yendo todo esto», sostuvo quien fue Director de la Oficina Anticorrupción del Ministerio de Seguridad de La Nación, entre 2015 y 2019, y hoy se dedica a hacer consultorías en ese rubro, tanto en el exterior como en el interior del país.
Las repercusiones del oficialismo ante estas manifestaciones fueron, en su mayoría, despectivas y polémicas ya que, el mismo Alberto Fernández calificó a las personas como «confundidas» y el jefe de gabinete, Santiago Cafiero, no reconoció que sean representantes del pueblo. Ante esto, Arabia se indignó profundamente: «Cuando el presidente asumió y dio su discurso inaugural, me permití ilusionarme. Habló de la unidad de los argentinos, de terminar con la grieta de tiempos de razonabilidad, dijo que cuando me vean claudicar en lo que estoy haciendo salgan a la calle y diganmelo». Pero esa ilusión «se me fue en 5 minutos y volvió a ser lo mismo que hace siempre el kirchnerismo: meter más leña al fuego».
Ratificó que el deber del gobierno es dar orden a la gente, cuando parece estar haciendo todo lo contrario, con dichos que podrían y deberían callar, dando el famoso «discurso del odio» que tanto se le criticó a la gestión anterior. Esto es lo que más le preocupa a Arabia. Además de las formas de manejar la pandemia y «la insostenible generación de pobres Covid», el foco de su intranquilidad está en, lo que él califica como, un desorden político y social fomentado por el mismo gobierno. No es otra cosa que la profundización de «la grieta».
«Es un gobierno que no llega al año y ha perdido muchísima legitimidad y en vez de, en los momentos de crisis, abrirse, escuchar, ver qué estamos haciendo mal, hacen a la inversa», disparó. El planteo que hace el ex funcionario del Ministerio de Seguridad no es, solamente, que no brinda soluciones, sino que deberían escuchar a su alrededor en vez de redoblar la apuesta.
Le molesta la «hiperconcentración del poder», que la gente esté resignada y se quiera ir del país, le incomoda la fuerte desesperanza y que el presidente no dé certezas a futuro. En esta falta de esperanza, incluyó a las fuerzas policiales, que señaló que no tienen ningún tipo de apoyo y se sienten inseguros por tantos casos de violencia institucional, asesinatos o demandas por abusos de autoridad: «Están poniendo a la policía en una situación en donde tienen que terminar eligiendo entre su vida y proteger su carrera, la solución termina siendo no hacer nada y mirar para otro lado».
Arabia también remarcó que antes no era así, que se está dando una desprotocolización de su accionar que deja pocas convicciones en un rubro donde un segundo de duda, puede determinar el resto de tu vida. Indica que, en el período que fue Director, habían logrado hacer cumplir la ley y disminuir la cantidad de muertes. Hoy, a pesar de que les aumentaron los sueldos, niega la existencia del cualquier tipo de sustento del Estado hacia sus fuerzas, que los trata como números: «Fundamentalmente lo que les dimos fue un respaldo político y una lógica de sentirse valorados, que no daba lo mismo mirar para otro lado (…) Había un respaldo, no son números. Son personas, familias, argentinos que tienen una vida. Les mejoramos los salarios, pero ¿cuánto vale la vida del policía para que se arriesgue? No tiene precio, entonces los salarios nunca son suficientes, pero sí les dábamos algo que el dinero no podía comprar y eso se notaba. Ahora se nota lo contrario».
A pesar de tanta negatividad, Damián Arabia rescató que se hayan consolidado como la contra fuerte del kirchnerismo que, aunque para muchos sea con menosprecio, él lo dice con orgullo: «Por 13 años en frente no hubo nada, hoy eso está recuperado, hoy hay una oposición». Por último, expresó que las elecciones del 2023 deberían inclinarse para el lado de Juntos por el Cambio, sin importar quién sea el candidato. «Me parece desordenado poner nombres delante del concepto, me parece que la mayoría entiende que la prioridad es la unidad y no se van a apurar en jubilar a nadie», sentenció.
Luis M. Ordóñez