A pesar de que la sociedad avance y los tiempos cambien, el racismo sigue siendo un tema presente entre las personas y en el futbol europeo no es la excepción.
Muchos jugadores sufrieron este tipo de discriminación en la cancha por parte del público, pero también por parte de sus colegas. Un caso reciente fue en el encuentro entre Paris Saint Germain y Olympique de Marsella, donde el delantero brasileño, Neymar Jr, acusó a Álvaro González de emitir comentarios racistas hacia su persona.
Pero este no fue el único caso, en febrero de este año Moussa Marega, jugador del Porto, fue blanco de agresiones por parte de los fanáticos del Vitória de Guimarães. Sin embargo, cuando el franco-maliense quiso abandonar el terreno de juego fue sancionado con una tarjeta amarilla por su decisión.
En 2014, en un encuentro entre Villarreal y Barcelona, los aficionados del equipo local, en un tiro de esquina que iba a ser ejecutado por Dani Alves, le lanzaron una banana haciendo referencia que «por su nacionalidad y tez oscura tiene similitudes con un primate». De igual manera, el jugador no reacciono de manera violenta como se esperaría que lo haga, sino que se tomó la situación a la ligera y procedió a comerse la fruta arrojada en pleno partido.
Estos casos se repiten y las autoridades del fútbol no reaccionan a ellas como se esperaría, tomando cartas en el asunto y repudiando estos hechos, pero como consecuencia los jugadores victimarios quedan impunes y son los afectados los mayormente reciben las sancionas por reaccionar ante la situación. Son las victimas las que, por redes sociales y en ocasiones junto con sus compañeros de equipo, se manifiestan repudiando estos actos.
Ludmila Farias Messineo 2do B TT.