Apenas terminado el primer debate presidencial entre Donald Trump y Joe Biden hubo una sola coincidencia en los presentadores de la liberal CNN y la conservadora FOX News: “Perdió el pueblo de los Estados Unidos”. “El peor debate de la historia”, sintetizaban en CNN.
El debate se organizó en seis bloques de 15 minutos cada uno para tratar seis temas: el balance de las carreras de Donald Trump y Joe Biden; la nominación en la Corte Suprema de Justicia (Trump acaba de nombrar a una jueza conservadora para ocupar la vacante de la recién fallecida Ruth Bader Ginsburg); el impacto del coronavirus; la economía; la transparencia de las elecciones y la violencia racial en las ciudades.
Si bien la metáfora de dar un ganador en cada debate es una tradición de la política estadounidense, en este caso es muy difícil de elegir en cuanto al análisis discursivo, ya que lo “no verbal” se llevó gran parte del show. Los gritos, interrupciones constantes y demás “recursos” de Trump lo dejaron como un personaje de los reality shows por sobre Joe Biden, más acostumbrado a los debates argumentativos.
La violencia verbal y los malos modos de Trump puede que tengan que ver con la poca capacidad para procesar noticias negativas, como los resultados de la investigación del New York Times que derrumbó el mito de empresario próspero que lo revela como un evasor, donde afirman que en el 2017 pagó solamente 750 dólares de impuestos. Donald Trump no paga impuestos pero gastó 70 mil dólares en una peluquería. En este punto ganó Biden, y fue por la propia boca de Trump cuando reconoció que cualquier persona inteligente trata de no pagar impuestos. Eso no está bien visto en las culturas de origen sajón. En cambio, según declaraciones reveladas, el candidato demócrata Biden pagó alrededor de 300.000 mil dólares en impuestos en 2019.
El debate fue una oportunidad perdida para que los estadounidenses analizaran su voto con respecto al futuro. Trump parece no respetar límite alguno, según se demostró en las pocas palabras, entre gritos e interrupciones del primer debate. Si es elegido nuevamente, quedará claro que no fue una anomalía su elección anterior y que es parte del sistema.