Lewis Hamilton fue el principal protagonista del Gran Premio de la Toscana de F.1, en el circuito de Mugello. Y esta vez no fue solo por haber ganado, sino que subió al podio posando una remera negra que llevaba la frase de “Arresten a los policías que mataron a Breonna Taylor”. Aludía a una mujer afroamericana que falleció en marzo último a raíz de un tiroteo que se desarrolló en su departamento, luego de que los policías llevaran a cabo una orden de registro sin aviso.
La polémica extradeportiva surgió por una posible violación de los estatutos de la FIA, por haber utilizado al Gran Premio de Fórmula 1 para denunciar un acto de brutalidad policial. El piloto británico vistió la camiseta en todo momento, en la ceremonia previa a la carrera, así como también durante los gestos de los demás pilotos contra el racismo y posteriormente a ganar la carrera, en el podio. Eso generó la revisión de la guía de la Federación sobre el uso de la vestimenta, tanto en la previa, como posterior a la carrera, algo que podría en un futuro impedir que se utilicen camisetas similares a la que llevó Lewis. Por otra parte, los comisarios de Mugello no recibieron ningún tipo de queja formal sobre la camiseta, y la FIA aseguró que no investigará personalmente su utilización.
Hamilton tiene un plan, y es seguir alzando su voz contra el racismo y contra las injusticias, por eso en su cuenta de Instagram expresó: “Les quiero hacer saber que no pararé, no aflojaré, ni me daré por vencido respecto al uso de esta plataforma para dar luz a lo que creo que es lo correcto”. Además agradeció el apoyo de todas aquellas personas que lo siguen y le muestran su cariño. El inglés cree que estando todos unidos, podrán retar al mundo en cualquiera de los niveles de injusticia, no solo en el racial, sino que también concluyó con un claro mensaje de lucha: “Podemos ayudar a hacer de este mundo un lugar mejor para los niños y las futuras generaciones”.
El piloto de Mercedes se sumó al creciente movimiento social de “Black Lives Matter”, que ha promovido distintos tipos de manifestaciones a favor de la igualdad, sin importar la raza de las personas. En cadena con esta decisión de Hamilton, quienes decidieron sumarse a esta iniciativa fueron nada más ni nada menos que Puma y Mercedes, el sponsor que viste a la escudería para la cual corre el británico. En común acuerdo, decidieron que tanto la ropa que utilizan los pilotos, traje de carreras, pasamontañas, guantes, y el monoplaza W11 sean de color negro en lo que resta de la temporada 2020, color que predomina en esta iniciativa. Tanto los uniformes como la indumentaria que usan los integrantes de la escudería alemán son de este color para oficializar la lucha contra el racismo.
Por otra parte, el actual campeón mundial también contó experiencias personales en las que destacó que tanto él como su familia experimentaron de forma directa el racismo. Ese fue otro de los motivos por los cuales decidió no quedarse callado y apoyar esta causa, haciendo oficial el comunicado de lanzamiento en el cual manifestó: “Es importante que aprovechemos este momento y lo usemos para educarnos a nosotros mismos para realizar cambios reales y significativos cuando se trata de garantizar la igualdad y la inclusión”. Además, Hamilton es el primer piloto de F1 de raza negra y eso para él es algo que lo enorgullece, por eso prefiere no pensar que si fuese blanco, quizá sería más reconocido en todo el mundo. Pero no corre por el reconocimiento y eso no es lo que lo impulsa, por eso sostiene: “Intento no pensar en que tal vez las cosas fuesen diferentes si fuese blanco, prefiero pensar en las cosas positivas”.
El hexacampeón del mundo de F1 hizo oficial su inclusión con esta causa en el Gran Premio de Austria, en la cual él y varios pilotos más, como el Holandés Max Verstappen, de Red Bull, se arrodillaron en una actitud simbólica contra el racismo antes del comienzo de la carrera. En ese momento también vistió una remera con el lema “Black Lives Matter”, movimiento que ganó protagonismo mundial luego del brutal asesinato del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco.
Federico E. Rozas