El viernes pasado, Claudio Parente recibió el llamado del médico de su padre que desde hace un largo tiempo sufría demencia senil. Era para avisarle que se encontraba en muy mal estado. Ese día, Claudio, pidió todos los permisos correspondientes, agarró su camioneta y se dirigió desde La Plata hasta Chivilcoy. Allí se encontraba su padre internado. Cuando llegó a la entrada, lo pararon y pese a revisarle todos los papeles en regla lo mandaron devuelta a su casa negándole el ingreso sin explicaciones.
Ese mismo día, Claudio se expresó en sus redes sociales y dijo: “Estoy parado en la entrada de la ciudad de Chivilcoy, con mi papá en grave estado y no me dejan entrar, con todos los permisos tanto del gobierno por 24 horas como el certificado de su médico”.
Horas más tarde, Claudio publicó la triste noticia. Su padre había fallecido y no había podido ir a despedirlo en sus últimos momentos pese a tener todo en regla. En el último tiempo son varias las denuncias de personas que no dejaron ingresar a ver a sus familiares a punto de fallecer, como había pasado hace unos meses con el caso de Solange Muse.
Todo esta coyuntura invita a reflexionar que el aislamiento impacta duramente en diversos aspectos. Es necesario pensar y avanzar en la creación de un protocolo para este tipo de situaciones.