Cuando uno piensa en el rugby, la primera reacción suele ser relacionarlo con una práctica masculina.
En nuestro país, la primera asociación, además, lleva a los Pumas. Pero aunque por ahora tenga poca difusión y repercusión, en nuestro país crece a paso lento (pero firme) el rugby femenino.
Históricamente se las discriminó y muchas veces no se las dejó participar por ser un deporte de contacto y demasiado agresivo para ellas y hasta se las llegó a denominar como «sexo débil».
Para los años 70′, en los países de Gran Bretaña empezó a incrementarse más y más esta práctica pese a la mirada machista. Pero no fue allí donde más creció esta práctica entre mujeres, sino que el empuje definitivo se dio en Estados Unidos, donde una década después ellas empezaron a crear sus propios clubes donde poder jugar por no ser aceptadas en los clubes de rugby masculinos.
Recién en 1982 se dio el primer cruce oficial de selecciones. En esa ocasión se enfrentaron Francia y los Países Bajos con un resultado anecdótico de 4-0 a favor de las galas por la conversión de un try. Un año después se formaría la Women´s Rugby Football Union con presencia de chicas de Francia, Países Bajos, Nueva Zelanda, (ex) Unión Soviética e Italia. Para el año 1988 se formó la “International Federation of Women Rugby” y desde 1991 se disputa el mundial de rugby fe menino con un dominio histórico de Nueva Zelanda que cuenta con cuatro mundiales en sus vitrinas.El año que viene se desarrollará su novena edición justamente en territorio neozelandés.
En nuestro país esta disciplina está en plena expansión a la sombra de su contraparte masculina. Para finales del año pasado la cantidad de chicas y mujeres que practicaban este deporte en nuestro territorio era apenas mayor a las 6000. La Unión Argentina de Rugby (UAR) espera que esto cambie con el correr de los años y una de las medidas tomadas fue la inclusión de manera obligatoria de las chicas en las categorías menores. Esto quiere decir que ambos géneros entre la edad de 5 a 12 años tienen sus primeros pasos juntos evitando así el sexismo con el que se convivía años atrás y una formación en conjunto.
Actualmente, las Pumas representan a nuestro país y juegan en la modalidad Seven porque pese haber ligas tanto regionales como Interprovinciales no es un deporte profesional y escasean jugadoras. Es una de las selecciones más fuertes de Sudamérica y junto a Brasil encabezan a las más fuertes de nuestro continente. En esta cuarentena su situación es totalmente opuesta a la de los hombres: mientras que ellos ya están habilitados para volver a entrenarse de cara a la gira mundial, las chicas siguen esperando una respuesta para la vuelta a los entrenamientos de cara a su última oportunidad de clasificarse a los Juegos Olímpicos de Tokio.
Una producción especial de: Valentin Fabrichini, Gonzalo Bastiani, Agustin Maipach, Juan Rodriguez, Juan Sobrero y Santiago Gonzalez Franco