Los empresarios del sector gastronómico comenzaron a trabajar de manera inmediata para la reapertura. No obstante, este tipo de locales podrán funcionar con un estricto protocolo de bioseguridad para garantizar la seguridad de los clientes y los trabajadores, se anticiparon algunas cuestiones que se deberán implementar en cada local que podrá funcionar hasta la 1 de la mañana. En el marco de las medidas de flexibilización tomadas dentro del decreto vigente de Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, a través de la Decisión Administrativa 1600/2020 el Poder Ejecutivo habilitó “la actividad gastronómica al aire libre, exclusivamente en vereda, calzada u otros sectores del espacio público, sin el uso de espacios o salones interiores, patios interiores, terrazas jardines o similares, a desarrollarse en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”. Los lugares al aire libre a utilizar deberán estar habilitados a tal fin. Por el momento, bajo ningún punto de vista podrá brindarse servicio alguno en los salones internos de los establecimientos gastronómicos. Solo se permitirá el ingreso para el uso de sanitarios. El uso de las barras estará prohibido mientras que en las mesas se permitirá un máximo de 4 personas, con la excepción de aquellos grupos familiares convivientes (padre, madre y tres hijos, por ejemplo).
Los locales tendrán que garantizar una distancia mínima de 2 metros entre los clientes de distintas mesas, lo cual supondrá en muchos casos achicar la cantidad de mesas disponibles que tenían previo a la pandemia.
Para poder ir, los clientes deberán hacer una reserva telefónica previa para así planificar la cantidad de comensales desde el día anterior estimando tiempo prudente de permanencia en el espacio para cada cliente. No se permitirá el ingreso espontáneo de personas que no se hayan registrado. Los encargados de los locales deberán tomar los datos de cada uno de los clientes y mantener la lista a disposición de las autoridades para saber, en un eventual caso de coronavirus, con qué personas estuvo el cliente ese día, quién lo atendió, etc.
En el ingreso a estos bares/restaurantes se pondrán trapos con lavandina, se garantizará la higiene de manos y se le preguntará a cada persona si tiene algún síntoma compatible con Covid-19. Además, en las mesas se garantizará la provisión de alcohol en gel o alcohol al 70%, al igual que en las áreas comunes del local. El tapaboca es de uso obligatorio durante la permanencia en el lugar, solo podrán quitárselo al momento de la ingesta de alimentos y/o bebidas.
Finalmente, los locales deberán reemplazar elementos como saleros, pimenteros o aderezos por sobres individuales. Además se recomendará la utilización de manteles y servilletas descartables.
Por otro lado cabe resaltar también, que en el primer día de la vuelta de los locales gastronómicos miles de personas asistieron a estas zonas de la Ciudad de Buenos Aires y fue preocupante por las consecuencias que pueda tener en los contagios. Mediante twitter comenzaron las críticas a la gestión de Horacio Rodríguez Larreta por permitir estas salidas en pleno pico de casos de coronavirus, y cuando los profesionales advirtieron que estamos cerca del “colapso” de contagios.
Desde la reapertura hasta el día de hoy, contamos con la clausura de 12 locales gastronómicos en la Ciudad. Las razones detrás de los cierres incluyeron desde la atención en la vereda fuera del horario permitido y fiestas clandestinas. Tanto en Palermo, como en Liniers, Agronomía, Constitución y Caballito ocurrieron estos casos.
Al ver el desorden que se presentaba en estas zonas, el jefe de Gabinete nacional, Santiago Cafiero, señaló: «Necesitamos que la ciudad cumpla con los protocolos a los que se comprometió. Hay imágenes que muestran que los protocolos no se cumplen». Las declaraciones de Cafiero atienden, el pedido de muchos infectólogos que ven en la medida porteña algo que podría ir en contra del control de la curva de casos. Estos especialistas advierten que la propagación del virus sería aún más riesgosa en un contexto de aumento sostenido en la cantidad de infectados, mayor cansancio en el personal de salud y una ocupación de camas de terapia intensiva de un 68,2% en el Área Metropolitana. «Cuando se han tomado medidas y el comportamiento ciudadano es otro, esas medidas hay que revisarlas”, agregó Cafiero en “Clarín”.