Cuando alguien suele preguntar quiénes son los mejores deportistas de la historia argentina, muchos suelen responder rápidamente con nombres como Messi, Maradona, Ginóbili, entre otros, dejando muchos en el olvido. Uno de ellos es el de Gabriela Sabatini, sin dudas la mejor tenista que supo tener este país.
La argentina tuvo una carrera relativamente corta para lo que está acostumbrada a ver la mayoría, anunciando su retiro en 1996 (26 años) y habiendo debutado en el ’85. Sin embargo, esos 11 años como profesional le bastaron para ser una de las mejores tenistas de la historia, algo de lo que no se tiene dudas ya que hoy en día es miembro del Salón de la Fama.
Su paso por el tenis profesional comenzó en una sorpresiva clasificación al Roland Garros cuanto tenía solamente 15 años, siendo la participante más joven y logrando alcanzar las semifinales del torneo, y ya en la temporada siguiente, Gabriela marcó una vez más la historia y se metió entre las mejores diez tenistas del mundo.
Para el año 1988, Sabatini comenzó a ver los frutos de su talento y ganó su primer Máster, acompañado del Abierto de Australia y una recordada medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Seúl, como abanderada de la delegación argentina. Además, ese mismo año derrotó a quien se convertiría en su clásica rival, Steffi Graf.
Con tan solo 20 años, la tenista acumulaba 14 títulos pero todavía no había logrado consagrarse en un Grand Slam. Un 8 de septiembre de 1990 logró el título más importante de su carrera, al consagrarse campeona del US Open, su primer y único título de GS. Éste llegaría luego de vencer en la final por 6-2 y 7-6 a la estrella alemana. Este partido revolucionó a los 20.026 espectadores del Flushing Meadows Park, quienes además la ovacionaron como nunca en su carrera. Luego de un partido donde Gabriela demostró una técnica suprema y un absoluto coraje, declaró: “Es algo que no puedo contar, una sensación increíble”.
En Argentina esta noticia era furor, todos los diarios de la época la tenían en tu tapa. Sin dudas fue una de las mayores hazañas del deporte nacional y quedará en el recuerdo de quienes tuvieron la suerte de vivirla.
Al año siguiente, la máquina no se detuvo y en solo cinco meses Gaby obtuvo cinco títulos, convirtiéndose en una de las favoritas para quedarse con el torneo de Wimbledon, título que le fue arrebatado por Steffi Graf luego de un resultado de 6-4, 3-6 y 8-6, una derrota muy injusta según figuras del tenis como Martina Navrátilova, quien afirmó que hubiera sido lindo verla ganar el torneo en tierras inglesas. Más allá de la tristeza de perder una final, esta fue especial ya que en el caso de que hubiera ganado, habría llegado a lo más alto del ranking mundial, algo que no sucedió, siendo el cuarto lugar su mejor posición.
En mayo de 1992 Gabriela conquistó el Abierto de Australia, su título N° 25, alcanzando lo que para muchos fue su mejor nivel de juego pero al año siguiente, su carrera comenzó un gran declive y siendo esa temporada, una para el olvido ya que no logró ganar ningún torneo de los que disputó.
Ya en el ’94, parecía que la historia de Sabatini estaba llegando a su fin, sin embargo ella se esforzó y consiguió su segundo Masters luego de vencer a Lindsay Davenport y meses más tarde se repetiría esta dupla en una final, siendo victoria nuevamente de la argentina, quien conquistó el último título de su carrera.
El 24 de octubre de 1996, Gabriela le dijo adiós a las canchas. Una decisión que no le fue fácil y que según ella se debió a que su cabeza estaba en otro lado y que ya no disfrutaba jugar como si lo hacía unos años atrás.
Hoy en día Sabatini tiene 50 años y aún sigue metida en el mundo del tenis ya que integra las comisiones de Copa Davis y Fed Cup de la Asociación Argentina de Tenis. Además, luego de retirarse se convirtió, como fue nombrado anteriormente, en una miembro más del Salón de la Fama, recibió el premio Konex en el año 2000 como la mejor deportista de la década y el año pasado le entregaron el Premio Philippe Chartrier de la Federación Internacional de Tenis por su contribución al deporte dentro y fuera de la cancha.
Manuel Zucal Hernáez