Mucho se ha hablado del Us Open desde que comenzó hace unas semanas, lo cierto es que el torneo se preparó a través de protocolos que prometían la seguridad de los competidores. Los tenistas firmaron un papel antes de comenzar en el que aseguraban que todo lo que pasara dentro de las instalaciones en la burbuja era responsabilidad de cada uno.
Los jugadores se dividieron en dos hoteles, lo que a algunos les comenzó a hacer ruido ya que según ellos no era lo esperado, como es el caso del doblista Tim Puetz, quien declaró: «La burbuja nunca fue real, desde el primer día. Nunca nos comentaron que un diez por ciento de nosotros íbamos a estar en un hotel completamente diferente». Muchas de las quejas de los jugadores tienen que ver con que uno de los dos lugares en los que se alojan no cumple con ninguno de los protocolos dispuestos. Estamos hablando del Garden City, ubicado en la ciudad de Nueva York. En este alojamiento se producen fiestas ajenas al torneo, como el caso de una boda que se llevó a cabo, y además, según afirman personas que estuvieron ahí, los turistas entran y salen sin ningún tipo de control.
El francés Benot Paire, que fue el primero en dar positivo de coronavirus, fue muy crítico con la burbuja y las autoridades del Us Open a través de un posteo de Instagram, ya que tuvo que ser aislado antes de comenzar el torneo. Lo que se hace con los posibles casos es aislarlos en una «burbuja dentro de la burbuja» en la cual están totalmente aislados de todo. Once son los jugadores que tuvieron contacto con Paire, y estuvieron en observación constante con testeos todos los días, a diferencia de como se venía haciendo, que era cada 4 días. «Los conductores de los autobuses cuando no están trabajando se van a sus casas. Una tontería de burbuja cuando todos salen», afirmó Noah Rubín, jugador estadounidense.
Ante todos estos descuidos que se dieron en contra de los tenistas que participan del Grand Slam en Estados Unidos, Novak Djokovic propuso la creación de un sindicato que si hubiese estado en funcionamiento no habría dejado que algunas de estas cosas pasaran, y tuvo apoyo de muchos de sus colegas. Sin embargo, hay quienes se pusieron en la vereda de enfrente, como es el caso de Andy Roddick: «Diría que la falsa burbuja ha conseguido alojar con éxito un evento internacional, y espero que el querido Roland Garros sea capaz de hacer lo mismo». Lo cierto es que solo queda esperar a ver cómo sigue el funcionamiento en cuanto a los protocolos para poder hacer un análisis concreto de esta «falsa burbuja».
Martín Ceñal