El actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se mostró molesto y criticó con dureza a todos los jugadores de la NBA que se animaron a protestar contra la violencia racial en ese país que paralizó la actividad en la categoría y que enseguida fue replicada por otros deportes como el fútbol y el béisbol.
El básquetbol a través de los jugadores, pudo encontrar un modo para poder expresarse en contra del racismo y de la brutalidad policial en una histórica respuesta al último episodio sucedido en Wisconsin, en donde el afroamericano Jacob Blake fue baleado por la policía federal cuando entraba a su camioneta ante la mirada de sus tres hijos.
“La liga se convirtió en una organización política y eso no es bueno”, declaró el presidente de los Estados Unidos el día posterior a las protestas. Trump no se guardó nada tras ver lo sucedido, ya que también afirmó: “Verlos arrodillados en el himno es vergonzoso. Directamente decidí apagar el televisor».
Los jugadores de los Milwaukee Bucks, equipo del estado de Wisconsin, fueron los primeros en negarse a disputar sus partidos por los playoffs de la NBA el miércoles 26 de agosto, forzando la suspensión de toda la jornada y poniendo en duda la continuidad de la temporada, que debía desarrollarse a puertas cerradas en Disneyworld (Orlando) hasta octubre.
Tras los dichos del presidente, la gran estrella de Los Angeles Lakers, LeBron James, que apoyó en las pasadas elecciones a Hillary Clinton, dijo que no permanecería callado y le respondió en una nota que “el juego continuará sin que él lo mire. Noviembre (en ese mes se realizarán las elecciones en Estados Unidos) está a la vuelta de la esquina y es un gran momento para nosotros como estadounidenses». James amplió el desafío al primer mandatario: «Hablamos de que queremos algo mejor, queremos el cambio y tendremos esa oportunidad».
Axel Avila, 2°B, turno mañana