Ha cambiado mucho la manera de trabajar de los medios de comunicación durante la crisis por el COVID-19.
Redacciones vacías, equipos que trabajan desde casa, medidas de higiene extraordinarias que hacen que los programas que sí pueden sobrellevar la situación mantengan un grado alto de responsabilidad entre los compañeros a la hora de trabajar.
Los periodistas han demostrado mucha responsabilidad, tanto para trabajar como para aislarse cuando contrajeron el virus. Es el caso de Alejandro Fantino, conductor del canal América, que al confirmar que tenía COVID-19, debió permanecer en su casa por 14 días, antes del regreso a conducir el programa “Fantino a la tarde”.
Los periodistas radiales cumplen con la responsabilidad de trabajar durante la pandemia, sin tomarse un descanso y buscando ofrecerle a los oyentes la mejor información, junto con entretenimiento de calidad. El esfuerzo de los profesionales no se ha visto mermado a pesar del personal reducido en las redacciones y la implementación de sistemas de trabajo a distancia. El coronavirus ha modificado la rutina en la redacción, a la que tan solo asisten de manera presencial entre un 20% y un 30% de los empleados. A estos, se le suma la gente que trabaja en los controles de sanitización diarios de los pisos de los estudios.
La radio en pandemia cumplió 100 años y se volvió cada vez más fuerte. Con sus planteles reducidos y hasta emitiendo programas desde la casa, los periodistas informan y entretienen a la gente que necesita saber de temas ambientales y seguridad, tanto como divertirse en tiempos donde todo se hace un poco más difícil.
Por otro lado, existe un informe realizado por el Laboratorio de Periodismo de la Fundación Luca de Tena, que revela que el 70% de los periodistas padece ciertos niveles de angustia psicológica. Las respuestas de los 73 periodistas encuestados, que trabajan en medios de todo el mundo y cubren la pandemia, sugieren también que el 26% tiene ansiedad clínica compatible con el diagnóstico de trastorno de ansiedad generalizada, con síntomas como preocupación, insomnio, falta de concentración y fatiga.
Afortunadamente, los trabajadores cuentan con la Ley de Trabajo, la cual rige las situaciones y relaciones jurídicas derivadas del trabajo como hecho social. Protege y enaltece el trabajo, ampara la dignidad de las persona humana, y dicta normas para el mejor cumplimiento de su función como factor de desarrollo bajo la inspiración de la justicia social y de la equidad. Además, por medio de ella, los empleados tienen todo los beneficios que le corresponde sin excepción alguna y de tener un salario justo que permita cubrir las necesidades materiales.
El protocolo de sanitización que se ha comenzado a aplicar en los programas de periodismo radiales restringe la asistencia de público en algunos de sus programas. Otra de las medidas que se han tomado ha sido el cambio de las esponjas de los micrófonos de los estudios de manera frecuente. De esta manera, cada trabajador tendrá la suya propia para evitar contagios.
En conclusión, con los nuevos hábitos, las rutinas de control, la adaptación, la responsabilidad, la generación de contenido, con avances tecnológicos como herramientas indispensables, entre otras cosas; y aún con sus dificultades, el periodismo se volvió una muralla impenetrable que ni un virus pudo frenar. Ahora queda replantearse que habría que aprovechar de este momento para incorporar a la profesión. ¿El Home office? ¿Continuar con la higiene por seguridad? ¿Volvernos más responsables? Parecen ser muchos interrogantes a respuestas que se verán en tiempos post-pandemia.
Una producción especial de: Francisco J Bouquet Roldan, Lautaro López, Tomas Ponce, Joaquín Galocha y Agustin Cerutti