El 20 de marzo comenzó la cuarentena en Argentina para mitigar la propagación del coronavirus.
Ya se cumplieron más de cinco meses de la convivencia con el virus que seguirá presente por un largo rato. Es cierto que desde el primer momento hasta ahora se flexibilizaron algunas actividades, dependiendo de la situación epidemiológica de las regiones, pero la realidad es que el día a día, sobre todo en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), poco se asemeja a la rutina cotidiana en tiempos sin COVID-19.
El encierro y la pérdida del vínculo cara a cara no hicieron más que generar efectos negativos en la sociedad que, en su mayoría, acató las normas de seguridad. De todas formas, fue inevitable atravesar crisis personales, provocadas por el hartazgo o frustración. Según un estudio de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires el 75% de los encuestados tiene algún malestar psicológico. Además, encienden alarmas de cara al futuro: incrementará la angustia, la depresión, el abuso de sustancias, el trastorno de estrés postraumático y el suicidio.
Sobre el estado psíquico de la sociedad, la psicóloga Nora Najenson dijo: «empezamos a descreer de la eficacia del ‘quedate en casa’. Si bien sabemos que sigue siendo eficaz, la gente empieza a sentir una serie de efectos. Lo que se manifiesta como ansiedad o estrés desemboca en la angustia, que es un paso más de la ansiedad».
Mientras los casos de coronavirus aumentan, parece que la única solución es la vacuna. 145 días después de que se decretó el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) en nuestro país, Alberto Fernández comunicó que Argentina producirá la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford. “El Laboratorio AstraZeneca ha firmado un acuerdo con la fundación Slim para producir entre 150 y 250 millones de vacunas destinadas a toda Latinoamérica con excepción de Brasil. Estarán disponibles para el primer semestre de 2021 y será distribuida equitativamente entre los países que así lo demanden”, explicó el presidente.
Ahora bien, como señalan los expertos en salud mental, se avecinan problemas importantes a nivel social. A raíz de todo esto, es curioso imaginar cómo será una sociedad ya inmune tras tanto tiempo de vivir condicionados por el virus. ¿Requerirá de una nueva adaptación? ¿Cuáles serán los efectos psicológicos? ¿Nos afectará a todos por igual? ¿Cuál será la reacción social? Todas estas inquietudes serán resueltas por Najenson y el sociólogo Gabriel Kessler.
Una producción especial de: Franco Giummarra, Agustin Tiscornia, Patricio Neumann y Tomas Jurado