La serie cuenta la historia de una pareja que espera trillizos, una idea que puede parecer simple pero que, con los giros que llegan desde el propio punto de partida, rompen con esa idea básica que podría pensarse en un primer momento. Además, en lo narrativo suma algo que resulta atractivo: muestra la vida de los integrantes de esta familia, en diversos momentos en el tiempo. Así, se puede ver a dónde los llevó cada decisión importante tomada, sea buena o mala.
Al pertenecer al género «drama», se da por sentado que hay una parte emotiva, pero, por como se desarrollan los capítulo, cada uno de estos terminan transformándose en una montaña rusa de emociones: es de esas series que te llega al corazón, por todos lados. Cada personaje resulta querible; sufrimos y sentimos felicidad por ellos, algo que se logra por las excelentes actuaciones que hacen sentir que un personaje de una serie se puede transformar en real.
Los actores Milo Ventimiglia y Mandy Moore quienes personifican a los padres, logran una química mágica que traspasa la pantalla. Mientras que, por el lado de Justin Hartley, Sterling K. Brown y Chrizzy Metz, quienes actúan de hijos, muestran a la perfección los sufrimientos y alegrías desarrollados en los distintos capítulos, además del crecimiento personal de cada uno.
Franco Malier