«Cantante es el que puede, y cantor el que debe», explicó Facundo Cabral. Él supo marcar la diferencia de los ideales de un artista de pura cepa. Mercedes Sosa por su parte, comprendió a la perfección esa diferencia. Envolvió con su voz de folclore los oídos de miles de argentinos. Desde Tucumán camino por senderos largos hasta lograr ser escuchada en todo el país. Referente de las tradiciones argentinas. Una artista que rompió con los estereotipos musicales e Incursionó en otros géneros como el rock, el tango y el pop.
La Negra nació el 9 de julio de 1935 en San Miguel de Tucumán. Coincidencia caprichosa del destino ocurría en aquel momento. Es que no solo se conmemoraba el Día de la Independencia, sino que también hacia unas pocas semanas, Carlos Gardel, había fallecido en Colombia. Ni el más optimista hubiera pensado que su llegada hubiera significado algo parecido a lo que El Morocho del Abasto produjo en la música nacional. Por sus venas corría sangre calchaquí, francesa y española. Hija de familia muy humilde, padre obrero de la industria azucarera y madre sirvienta en casas de familias adineradas. Desde los 12 años cantó a todo pulmón. “Busco en mi pasado y siempre me veo cantando. Cantando en mi casa, cantando en la escuela, cantando en los velorios. Cantaba porque sí, sin darme cuenta, porque me salía”. Su arte desde ese momento empezó a marcar su sendero. Tres años después ganó un concurso en la radio. Pero bajo el seudónimo de Gladys Osorio, por temor a lo que pensara su padre. Tras la aprobación de su familia, posicionó al folclore en los escenarios del mundo. Siempre acompañada de su bombo.
Pero su labor no siempre fue respetada. Tras el golpe de estado fue exiliada del país por sus canciones de protesta, pero esto no significó que se alejara de los escenarios. Lejos de eso cantó más fuerte, grito más fuerte hasta que su voz fue oída por miles. Su sentido de pertenencia, hizo que le fuera muy difícil el desarraigo su tierra. Volteaba su mirada y a gran distancia de su casa, pedía por un cambio y con sus letras inspiraba a sus paisanos. Desde París fue «la voz de los desposeídos».
“Cambia el pelaje la fiera, cambia el cabello el anciano, y así como todo cambia, que yo cambie no es extraño.
Pero no cambia mi amor, por más lejos que me encuentre, ni el recuerdo, ni el dolor de mi pueblo y de mi gente. Lo que cambió ayer tendrá que cambiar mañana, así como cambio yo en esta tierra lejana”
El martes 9 de julio de 1816, se firmó la declaración de la independencia en el Congreso de Tucumán. Desde ese entonces muchos pelearon por sus derechos de libertad. Mercedes fue una de esas personas que supo sobre llevar el peso de los ideales de la democracia. Su voz prodiga se imponía con rebeldía por la independencia y la libertad de expresión. Se aferro con esperanza cantándole a la vida. Ella fue mucho más que una artista de la música nacional. La Negra, se autodenominaba como una cantora antes que cantante. Los nombres de sus álbumes retrataban a la perfección este compromiso con sus valores “Canciones con fundamento” (1965), “Yo no canto por cantar” (1966), “Traigo un pueblo en mi voz” (1973), “Serenata para la tierra de uno” (1979) y “Cantora” (2009), su último trabajo discográfico. Mecha falleció el 4 de octubre de 2009 a los 74 años debido a una disfunción renal. Su vida se resume en sus gustos. Llevó como bandera el arte de lo que expresaba su alma. Mucho más que una cantora, la Negra es y será por siempre una luchadora de su gente.
Jonathan Herlein, 2° A turno mañana