Por la segunda fecha del Super Rugby Aotearoa, David Havili marcó, a falta de 5 minutos para el cierre, el quinto y último try de su equipo, los Crusaders, para estirar las ventajas y definir el partido contra Hurricanes por 39 a 25. El fullback neozelandés ingresó por Braydon Ennor en el entretiempo con la camiseta número 22 para disputar los segundos 40 minutos y demostrar su explosividad y potencia, en su regreso al rugby después de una importante operación.
La demostración de agilidad y fuerza de David Havili
El pasado 6 de marzo, el joven de tan solo 25 años había sufrido una infección en el intestino durante uno de los entrenamientos, lo que hizo que debiera ser llevado de urgencia al Hospital de Christchurch para realizarle una extirpación de 20 centímetros del órgano. Havili, que ya conocía el problema por haber transcurrido un episodio similar de niño, reflexionó: «Si la infección se hubiera extendido a la mayor parte de mi intestino y a cualquier otro lugar, posiblemente, habrían tenido que extirparme todo el intestino, y eventualmente, usar una bolsa para el resto de mi vida. Fue una locura pensar cuán rápido se te puede ir el rugby y esto me lo pone en perspectiva». El nacido en Nelson rescata la suerte que tuvo y, a pesar de lo grave del tema, lo que más le preocupó fue perder el ritmo de los entrenamientos lo que, según él asegura, le hizo perder varios kilos.
La espera valió la pena para esta estrella en ascenso y su entrenador, Scott Robertson, le dio la oportunidad de demostrar su capacidad goleadora. Y vaya si lo hizo. No solo definió la victoria de su equipo, sino también supo dejar ridiculizados a Halafungani Laumape y a Ardie Savea (dos jugadores de los All Blacks destacados por su fuerza y tamaño) en la jugada previa. Pero además, se anotó para sí la gran cifra de cuatro tackles en un tiempo, lo que es un gran número para alguien de su posición y marca que también sabe defender. Sin embargo, hoy en día su puesto está bien resguardado por otra joven promesa de Crusaders y el rugby de Nueva Zelanda con características parecidas: Will Jordan, quien encima resultó la figura de ese encuentro. Es lo bueno y lo malo del rugby neozelandés: la competencia en cada posición es tal que, si hay un lesionado, el suplente jugará tan bien que se va a encargar de hacer olvidar que hubo una importante ausencia como la de Havili. Esto hace que deba esforzarse el doble para obtener la titularidad otra vez, que ya se había ganado durante la temporada anterior.
Recordemos que este equipo es el más poderoso de la actualidad y de la historia del país (actual tricampeón del Super Rugby y máximo ganador, con 10). Pero, aunque no pueda defender su título que conquistó ante la franquicia argentina, Jaguares, se postula como candidato a quedarse con la primera edición de este Super Rugby Aotearoa. Este torneo sin precedentes se organizó por la imposibilidad de viajar a causa de la pandemia y enfrenta a los mejores equipos de Nueva Zelanda (Crusaders, Hurricanes, Highlanders, Chiefs y Blues) que, como sabemos, hospeda a los mejores jugadores y el más alto nivel de competencia de rugby del mundo.
Luis M. Ordóñez