La cuarentena ya pasó los ochenta días y sus consecuencias cada vez se deterioran más y dejan ver su cara. Para para fines de junio, se estima que el desempleo aumente al 14% y afecte a 1,9 millones de personas. El impacto económico y social es donde el deterioro se nota más, pero el aspecto psicológico no se queda atrás. Estrés, angustia y ansiedad, son algunas de los problemas que pueden experimentar las personas durante este aislamiento. En el ámbito laboral, problemas como el estrés o la depresión son patente. «Perder el empleo agrava una situación, que ya de por sí es traumática. En este contexto desbordante, ser despedido hace perder la seguridad de esa persona respecto a su presente y su futuro, lo que puede generar estrés, depresión o ansiedades», comenta la psicóloga Dolores Rojas Águilo a Pirámide Invertida. La imposibilidad de poder ir a conseguir un empleo nuevo es un agravante profundo, lo que da una sensación de improductividad y aislamiento interno, falta de ganas o todo lo contrario, ansiedades y miedos.
A su vez, la psicóloga admite: «En este tiempo aumentaron fundamentalmente las consultas por dificultades emocionales debido al aislamiento», y reconoce el temor a la pérdida del empleo de sus pacientes en dichas sesiones. «Yo siempre trato de abordar el tema dándole herramientas al paciente para que pueda pasar lo coyuntural, y que sepa que pueden aparecer nuevas posibilidades», cierra la psicóloga.