Por primera vez en la historia se disputaba un torneo mundial en tierras africanas. Sudáfrica 2010 fue todo un cambio y un desafío para su organización, ya que las competiciones se habían realizado en el resto de los continentes, en especial, América y Europa.
La selección nacional llegaba con expectativa a este torneo y con el condimento especial de tener a Diego Armando Maradona, uno de los máximos ídolos de los futboleros, como director técnico de un conjunto argentino que había tenido una difícil eliminatoria, tras quedar a pocos puntos del repechaje. Sin embargo, los dirigidos por el «10» ya se encontraban en el Sur del continente africano y estaban ubicados en un accesible Grupo B.
El primer partido contra Nigeria fue seguramente el más costoso, por el físico impuesto por el equipo de este continente; el gol de Gabriel Heinze bastó para que la Argentina se llevara la victoria.
El segundo encuentro frente a Corea del Sur es el que marcó, por ahora, un récord con una connotación curiosa. En la ciudad de Johannesburgo, un gol en contra de Chu Young Park y los tres goles del «Pipita» Higuaín, sellaron la última goleada argentina en los mundiales. Además, el ex River se convirtió en el último jugador argentino en marcar 3 goles en un certamen de estas características. (Anteriormente, Gabriel Batistuta había hecho un hat-trick en el 5-0 ante Jamaica, en el Mundial de Francia 98).
El último partido de esta fase fue contra Grecia, un 2 a 0 con goles de Martín Demichelis y de Martín Palermo, que anotó su primer tanto en un Mundial y escribía una página dorada en su carrera.
A pesar de la buena fase de grupos realizada con todos los puntos logrados y de ganarle 3-1 a México en los octavos de final, la Albiceleste se volvió del Mundial con una derrota muy dolorosa por 4-0 contra su gran verdugo, Alemania. Lo que marcó el final de la era Maradona como director técnico y de un campeonato sin goles para Lionel Messi.
Autor: Sebastián Polanco