El mundo no parece ajeno a las protestas que se pueden presenciar en la mayoría de las calles de los Estados Unidos tras la muerte de George Floyd hace tan solo tres semanas atrás. A lo largo de toda Europa y el resto del mundo se presenció varios actos de protesta en contra del racismo, caracterizándose principalmente por el derribo de estatuas históricas de personalidades racistas, esclavistas y conquistadores.
Las protestas se hicieron notar en países como Inglaterra, Bélgica y Nueva Zelanda en donde el acto brutal del asesinato del afroamericano impactó a la sociedad mundial e hizo estallar nuevamente el movimiento en contra del racismo y las diferencias sociales. En relación a esto en la Universidad de Oxford, Inglaterra, estudiantes derribaron la estatua de Cecil Rhodes, un imperialista del siglo 19 que se desempeñaba como primer ministro de la colonia en el Cabo en África, en donde explotaba a los trabajadores africanos esclavos en las minas para la fabricación de diamantes en condiciones brutales. Otro caso es lo sucedido en Nueva Zelanda, en la ciudad de Hamilton. En esta última, en el día de ayer, fue derribada una escultura de John Fane Charles, un comandante militar colonial cuyo nombre pertenece a la ciudad considerado antisemita por la mayoría de los jóvenes ciudadanos de la población que consideraban a la estatua como “ofensiva”.
Esto no se queda en estos países únicamente. Las repercusiones también se extendieron hacia Bélgica, donde estatuas del Rey Leopoldo ii fueron totalmente destruidas por los ciudadanos. Este gobernó durante 44 años hasta su muerte en 1909. Se lo reconoce mundialmente por ser el responsable de alrededor de 13 millones de muertes dentro de la república del Congo, país explotado colonialmente por sus recursos como el marfil y caucho, en donde los congoleños eran utilizados como esclavos.
Las protestas obviamente continuaron dentro de los Estados Unidos. En esta última semana fueron derribos monumentos de múltiples figuras reconocidas dentro de la historia del país, comenzando por presidente confederado Jefferson Davis en Richmond, fuerte militante de la ideología antisemita durante el siglo 18. Pero más impactante fue la destrucción de las estatuas de Cristóbal Colon en Miami, Boston, Saint Paul (Minnesota) y Richmond (Virginia).