En Nueva Zelanda el Super Rugby volvió en forma doméstica este sábado 13 de junio y sería el primer espectáculo deportivo del mundo con público. En Australia pasaría lo mismo a partir del mes próximo mientras que, en Sudáfrica, se habla de reanudar la competencia en agosto. Muy distinta es la realidad del rugby argentino que, entre incertidumbre y preocupación, está a la espera de una solución alternativa para el retorno de la actividad.
Mario Ledesma, head coach de Los Pumas, había manifestado que todas sus decisiones formaban parte de un proyecto a futuro (al mundial de 2023 más precisamente), pero el contexto es cada vez más desfavorable al mismo: «Es una de las situaciones más críticas por las que ha pasado el rugby argentino en su historia», expresó en una videoconferencia ofrecida por la UAR. Sin embargo, se mostró optimista ante la posibilidad de comenzar los entrenamientos en la provincia de Jujuy, que aparenta tener controlado al virus y donde se podrían garantizar todas las exigencias sanitarias.
Además, las autoridades, tanto locales como de los demás países del hemisferio sur, están pensando en la manera más efectiva de crear un área aislada donde los jugadores puedan entrenar y competir sin riesgo de propagación del coronavirus, a modo de «burbuja sanitaria». Esto podría salvar al Rugby Championship que, con la suspensión de los tests matchs de junio por parte de la World Rugby, ciertamente pende de un hilo.
La idea gustó y rápidamente se encontró en Australia una oferta de sede para este propósito. Su director deportivo, Bob Clark, dijo con respecto a esto: «Todo el mundo está comprometido a jugar el campeonato completo y estamos conversando con el gobierno australiano si podría ser aquí. Traer a todos los equipos y crear una burbuja de entrenamiento y realizar las cuarentenas efectivas para después poder jugar».
Analizando los hechos, el panorama es muy negativo. Los Pumas vienen de un Mundial decepcionante, en un año que se esperaba dar el golpe luego de un superlativo nivel de competencia de los jugadores argentinos en Jaguares. En segundo lugar, el país estaría llegando al pico de contagios, por lo que la pandemia hace que los entrenamientos sigan siendo individuales y en los hogares de cada uno, con reuniones de forma remota. Pero por si fuera poco, los Jaguares no participarán del Super Rugby (quitando competitividad y juego), Los Pumas no tendrán choques internacionales hasta quién sabe cuándo y el inicio del Rugby Championship está en duda.
Pero de toda situación, por más compleja que sea, se pueden sacar aspectos positivos. Mario Ledesma expresó: «Queremos arrancar con página blanca respecto a lo que pasó el año pasado». Destacó así la posibilidad de salir con una mentalidad fortalecida de esta pandemia, lo que podría ayudar a los argentinos de cara a lo que les toque enfrentar. Muchos hablan también de aprovechar para invertir en el rugby local, ya que el internacional es tan incierto. Lo cierto es que no hay que deprimirse aunque todo parezca adverso ya que, como dijo Mario, «esto sigue».
Luis M. Ordóñez