El pasado jueves, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, informó que a principios de esta semana se iba a poder salir a correr, caminar o andar en bicicleta, pero con un protocolo a seguir: realizar la actividad de lunes a domingo en el horario de 20 a 8, no más de dos personas, en una distancia de 2 metros entre corredores. El uso de tapabocas no es obligatorio y está prohibido trasladarse en transporte público o auto para hacer ejercicio; además, la actividad debe de realizarse en el barrio donde reside la persona.
Pero el lunes 8 fue un verdadero caos. Lugares como el Rosedal de Palermo o Parque Centenario, entre otros sitios, se colmó de gente. No había distancia, grupos de a cuatro, incluso había gente que no iba a correr, pero paseaba como un día normal. Esto sembró preocupación para el Gobierno. Pero el martes y el resto de los días fue distinto, había un 80% menos de gente y una mayor presencia policial. Una de las medidas que sí se exigió fue que las personas que realizaban caminata aeróbica, se ubiquen del lado izquierdo y los que corrían, del lado derecho.
Habrá que esperar hasta los próximos días para ver cuáles fueron las consecuencias reales en el contagio de esta salida masiva.