Luego de la gran repercusión que tuvo el Mundial Femenino de Francia 2019 se esperaba con gran entusiasmo que el torneo de mayores se realice en un país Sudamericano; Brasil, junto a Colombia, iban a presentar su candidatura para convertirse en el anfitrión latino del torneo que se va a disputar en el año 2023, teniendo en cuenta que Brasil tenía como experiencia el Mundial masculino que se realizó en 2014.
Sin embargo, este objetivo del país gobernado por Jair Bolsonaro se vio opacado debido a la pandemia mundial ocasionada por el Coronavirus, ya que además de la gran cantidad de muertos que dejó, generó una crisis económica tal que la Confederación Brasileña de Fútbol el 8 de junio se vio obligado por la FIFA a rescindir su candidatura ya que no contaba con los medios y recursos necesarios para asegurar una buena actuación como anfitrión. Y dejó como opciones a Australia en conjunto con Nueva Zelanda, Japón y como único contrincante sudamericano presentado por la Conmebol, Colombia. Por este motivo, la CBF apoyaba la candidatura a la región colombiana.
Al día siguiente de esta decisión, se dio a conocer una votación previa a la oficial que se realizará el 25 de junio de forma online entre los 37 miembros del consejo. Los puntajes que recibieron cada país fueron 3.9 Japón, el binomio de Australia y Nueva Zelanda tuvo un total de 4.1 sobre 5 puntos y 2.8, Colombia ya que cumplía con la cantidad mínima de requisitos para presentarse como candidata. Ese país había dejado una advertencia de que requeriría un apoyo económico de inversiones por parte de grupos de interés nacional y de parte de la FIFA para poder igualar a los otros dos candidatos. Por este motivo, la FIFA declaró: “A partir de los datos entregados no está claro si se proporcionará ese nivel de inversión. Existiría un riesgo claro de que las mejoras necesarias no se lleven a cabo” ya que faltan tres años para la competición, pero destacó el alto grado de compromiso y apoyo.
En términos de propuestas, Australia-Nueva Zelanda se presentó con una oferta de trece estadios en doce ciudades, la inauguración a darse en el Eden Park, en Nueva Zelanda y la final en el Estadio Australia, en Sydney. Por parte de Japón, se cerraron en ocho sedes: la inauguración del torneo sería en el Estadio Nacional De Tokio y la final sería en el Estadio Saitama. Mientras tanto, el país latinoamericano había propuesto diez sedes compartiendo el Estadio El Campín, de Bogotá, para el partido inicial y también la final. A nivel económico Oceanía propone un gasto de aproximadamente 108 millones de dólares sumado a los aportes gubernamentales que se confirman de hasta 75 millones de dólares; el país asiático cuenta con 50 millones de apoyo, y Colombia ofrece 45 millones.
El Mundial Femenino Sub 20 que debía disputarse en agosto de este mismo año se vio obligado a reprogramar su fecha de inicio para el 20 de enero de 2021; finalizará el 6 de febrero, en Costa Rica y Panamá.
Desde otro ángulo, el Sub 17, que se iba a llevar a cabo en la India este año, fue postergado hasta el 17 de febrero y finalizará el 7 de marzo de 2021.
Debido a la relevancia que ocasionó el Mundial 2019 disputado en Francia, esta competencia busca explotar al máximo las capacidades, ampliar las selecciones que participaran, para pasar de 24 a 32, y la llegada al público para una mayor difusión que beneficiaría al deporte mismo respecto a la popularidad. Le otorgaría un crecimiento económico y, además, que más mujeres se interesen en la categoría sin importar género alguno. Para seguir rompiendo estereotipos.
Ludmila Farias Messineo, Mariana Romagnoli y Micaela Cavaliere.