A casi ochenta días del aislamiento social obligatorio, muchos rubros esperan nuevas medidas para poder abrir sus locales o volver a trabajar, mientras que otros, como las cervecerías, buscan innovaciones para seguir atendiendo a sus clientes.
En el último tiempo, las cervecerías y hamburgueserías se convirtieron en un boom gastronómico. Hoy, al no poder recibir a sus habitués, han tenido que reinventarse. Pirámide Invertida se comunicó con Leandro Yannacone, encargado de «Casa Colombo», un reconocido restaurante en el barrio de Villa Crespo, para saber cómo es la nueva modalidad de funcionamiento que tuvieron que implementar para sobrevivir a esta crisis económica.
“Reabrimos hace poco menos de un mes, armamos dos equipos con tres empleados por día, un encargado general que se encarga de tomar los pedidos, un cocinero y un chico que hace los repartos, es algo nuevo para nosotros ya que no contábamos con delivery. También estamos trabajando como take away, es decir, en puerta los clientes hacen el pedido, se arma y se lo llevan”, contó Yannacone en medio del silencio con las sillas sobre las mesas y las luces más tenues que nunca. Luego, añadió: “El menú lo modificamos por la dificultad de enviar algunas cosas, pero estamos trabajando para poder tener todo a disposición de los clientes”.
Esos dos meses de persianas cerradas se sintieron, ya que hubo pérdidas de materia prima, tanto de comida como de bebida. Leandro comentó que las ventas disminuyeron muchísimo, y que los fines de semanas son más activos, sobre todo los viernes y sábados. Por último, explicó que las medidas de seguridad que tomaron con los dueños consistieron en bajar la cantidad de empleados por turno y trabajar todos con barbijos con el logo de Casa Colombo.
Antes del aislamiento social obligatorio, en esta cervecería de estilo barrial también se dictaban clases de tango, y había noches de shows acústicos, recitales en su anexo y tardes de cine que también reinventaron y las transmiten online. Ellos son un ejemplo de la cantidad de cervecerías que se sumaron al take away. Aunque, al trabajar con empresas como Uber, Rappi y deliverys, no se vieron tan afectados y pudieron mantener la actividad.
“El delivery podría significar el 10% de la facturación de un local, mientras que el take away podría andar en un porcentaje parecido”, explicó Gustavo Luraschi, presidente de la Asociación Amigos de la Avenida Corrientes a principios de mayo, cuando se solicitó la autorización de la modalidad, que finalmente obtuvo una respuesta fue favorable a partir del 12 de mayo.
Clase de tango en Casa Colombo con banda en vivo.