Un 29 de mayo pero del año 1969 estalló la que en aquel momento fue la huelga más grande no solo de la Argentina, sino también de Latinoamérica. La misma consistió en una movilización por parte de la clase trabajadora y la estudiantil y por el pueblo pobre en contra de las medidas tomadas (principalmente económicas) por el gobierno militar de Juan Carlos Onganía y fue llamada así por la ciudad donde fue llevada a cabo, Córdoba.
Manifestantes en la ciudad de Córdoba
Como ya fue mencionado anteriormente, las decisiones del Estado no eran las correctas. La congelación de salarios por 2 años, la eliminación del «sábado inglés» y la devaluación de un 40% de la moneda nacional desataron la furia de cada uno de los trabajadores y fue así como Agustín Tosco (dirigente de Luz y Fuerza) acordó junto con Elpidio Torres (SMATA) y Atilio López (UTA) la realización de un plan de lucha.
De esta manera comenzó dicho acontecimiento el jueves a las 11 de la mañana. Empleados de las fábricas ubicadas en las afueras de la ciudad comenzaron a marchar hacía el centro de Córdoba y de a poco el número de personas fue creciendo. En un principio la policía intentó reprimir la protesta pero pasadas las 13 hs tuvo que retirarse del lugar debido a que los manifestantes fueron superiores a ellos.
La huelga duró hasta las primeras horas de la mañana del viernes 30 y finalizó con una ciudad destruida y cientos de detenidos. Sin embargo, esta manifestación despertó a miles de personas en todo el país provocando otros «-azos» como el segundo «Rosariazo», el «Tucumanazo», el «Mendozazo», entre otros.
Más allá de la represión y los detenidos de aquellos dos días, la manifestación debilitó ampliamente el poder del gobierno militar y a su vez inició una era de revolución en el país por parte de la clase trabajadora y su nuevo aliado: la juventud estudiantil. Es por ello que «El Cordobazo» marcó un antes y un después en la sociedad argentina.
Manuel Zucal Hernáez
2° «A» T.M.