Debido a la pandemia provocada por el COVID-19, se espera un aumento de residuos patológicos en el país, por lo que desde el Gobierno nacional quieren adelantarse a un posible crecimiento tomando prevenciones. Así como se adelantaron con la cuarentena obligatoria, proponen hacerlo con los elementos desechables. Mascaras, barbijos, guantes, camisolines, pinzas y jeringas son materiales que se utilizan con mucha frecuencia en estos tiempos, que son enviados a un horno con vapor a altas temperaturas para después seguir un camino como cualquier otro residuo desechable.
En el país, en tiempos de normalidad, sin pandemia, se generan 4000 toneladas de residuos patogénicos. Gran parte se encuentra en los hospitales. Pero por la pandemia de coronavirus se estipula que va a generar un crecimiento importante de residuos hospitalarios en los centros de salud, ya que en los sectores de terapia intensiva y en protocolos de seguridad se requiere un constante cambio de materiales y ropa de médicos. Se multiplica todo 10 veces mas de lo que sería en tiempos de total normalidad. Por lo tanto, el estado esta trabajando en utilizar los centros de tratamientos de residuos que se encuentran sin uso ante el párate de las industrias y de esta manera disminuir los residuos en las provincias.
El funcionario Sergio Federovisky informó a otros portales que “mantienen contactos con todas las provincias para monitorear la cantidad de residuos, se encuentra la posibilidad de pasar residuos de una región a otras regiones para que ninguna colapse”. Además, agregó: “Todavía no hay un número exacto de crecimiento y que todo depende de la curva de contagios por el virus”. Son medidas que el Estado esta previendo por si surge una alerta de emergencia por un exponente crecimiento que no pueda ser controlados.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) brinda datos en los cuales, se calcula que, de todos los residuos generados por las actividades de atención sanitaria, aproximadamente un 85% son desechos comunes, como platos, servilletas o cubiertos. El 15% restante se considera material peligroso que puede ser infeccioso, tóxico o radiactivo, y es por eso, que antes de ser enterrado como cualquier otro desecho, debe pasar por un tratamiento especial. En los centros de salud hay bolsas diferenciadas y lo que se considera peligroso va en una bolsa roja. Como para darse una idea, según las estimaciones, se administran cada año en el mundo 16.000 millones de inyecciones y no siempre las jeringas y agujas se tiran donde corresponde.
Por otro lado, la OMS recomienda “el alcohol etílico al 70% para desinfectar equipos reutilizables (por ejemplo, equipos quirúrgicos) luego de cada uso, e hipoclorito de sodio (lavandina) al 0,5% para la desinfección de superficies que se tocan con frecuencia en hogares o establecimientos de salud». También hay que asegurarse que la superficie o el equipo sean compatibles con el producto de limpieza utilizado.