A medida que pasan los días en medio del aislamiento social obligatorio, el Gobierno nacional fue habilitando más comercios según las medidas impuestas. Hoy se encuentran reabiertas las librerías, perfumerías y las bicicleterías, entre otros. Pero, ¿qué pasa con los comercios que no son considerados esenciales? Un lavadero de automóviles, ¿no es importante para desinfectar los vehículos sanitarios o particulares del personal de salud, o de cualquier persona que puede salir a trabajar y mantener contacto con otros?
PIRÁMIDE INVERTIDA conversó con Constantino Touron, dueño del Lavadero Baires Sur e integrante de la Cámara Argentina de Lavaderos Automáticos y Manuales de Automotores (CALAMA), quien hace más de sesenta días tuvo que cerrar su local y al mes no pudo seguir pagando el sueldo de sus empleados.
“Estuvimos a punto de abrir la semana de 11 de mayo, cuando parecía que no habría problemas. Pero a través de la CALAMA nos enteramos que habían clausurado dos lavaderos, por eso decidimos no abrir”, explica Constantino.
Cuenta que quisieron poner el lugar del trabajo en mejores condiciones sanitarias y los vecinos los denunciaron diciendo que estaban trabajando. Afortunadamente, pudieron comprobar que solo eran los dueños haciendo reformas.
“Nos preocupa y nos genera incertidumbre porque esto es lo que le da de comer a varias familias y si seguimos sin poder trabajar tendremos que cerrar definitivamente”, se lamenta Constantino.
La cara actual de la puerta del local.