Cada 23 de mayo se conmemora el Día Internacional del Fútbol Femenino. Esto se inició luego de un proyecto propuesto por la Confederación del Norte, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (también conocida como ConCaCaf), que buscó con este proyecto un objetivo claro: fomentar la igualdad de género en el deporte. En palabras de los encargados de la Federación, su intención era: “generar conciencia sobre el poder transformador del fútbol para las niñas y mujeres, promover y fomentar la inversión continua y unir a todas las Asociaciones miembro en la creación de un día memorable del balompié femenino”.
En octubre de 2014 se llevó a cabo un seminario de ConCaCaf en Filadelfia, en el que se presentó la iniciativa: “Desarrollemos el fútbol femenino”. El presidente de dicha entidad, Jeffrey Webb, expresó: “A medida que entramos en una nueva era en el fútbol femenino, nuestro objetivo es desarrollar el talento de las jugadoras de nuestra Confederación y seguir fortaleciendo el juego de mujeres a través de iniciativas como ésta”.
Sin embargo, no todo iba a ser sencillo. Se buscaba que haya una difusión tal, para así poder alcanzar el objetivo buscado, lo cual iba a dificultarse por el simple hecho de ser destinado a un deporte femenino. Para esto se realizaron actividades con el propósito de promocionar el fútbol como parte esencial del desarrollo y de vida saludable. Dichas actividades fueron festivales, torneos, actos y celebraciones.
Otra de las finalidades de su plan, era buscar la inclusión. Una problemática que no es nueva en las categorías y actualmente sigue siendo una pelea constante por la búsqueda de igualdad en el deporte. Por este motivo, INADI decidió lanzar una campaña bajo el lema “El fútbol no tiene géneros, pero si privilegios”. En esta, se clasifican dos tipos de desigualdades: en condiciones laborales (como la disparidad de condiciones de seguridad, de instalaciones, sponsors) y en la falta de profesionalización de jugadoras. Es de amplio conocimiento las movilizaciones que se realizan hoy en día para tener la posibilidad de explotar al máximo la demanda. Finalmente, luego de meses de lucha, el proyecto fue aprobado el 23 de mayo de 2015.
Al momento de hablar de esta situación en la Argentina, es de amplio conocimiento la movilización que generó la jugadora Macarena Sánchez al exponer la problemática que se debía a la desvinculación de su club y la oportunidad de unirse a otro equipo. Al igual que ella, muchas jugadoras estaban atravesando la misma situación. Este fue el puntapié a los reclamos de varias compañeras en el rubro. Gracias a esta lucha, el 16 de marzo de 2019 fue aprobado el pedido de profesionalización de fútbol femenino en el predio de la AFA y a su vez, se creó la Liga Profesional de Primera División, dando inicio a una nueva etapa.
En este reclamo, se pedía un salario fijo sumado a un convenio de trabajo. A lo que la AFA respondió brindándoles una ayuda económica para lograr pagar a ocho jugadoras por plantel, con un sueldo equivalente a las ganancias destinadas al fútbol masculino de la tradicional Primera C. Algunos clubes lograron inscribir más de ocho; los que no pudieron, decidieron poner en práctica un “mecanismo solidario”, en el cual se buscaba dividir aquellos ingresos en partes iguales para que todas pudieran recibir dinero.
Para conmemorar el aniversario de este acontecimiento, algunas jugadoras de la Selección Argentina dieron su opinión. “El fútbol es libertad, porque es lo que elijo y decido ser. Por otro lado, es esfuerzo y compromiso, no solo físico, sino sobre todas las cosas social, por la lucha constante que requiere hoy el fútbol femenino en la Argentina”, expresó Micaela Bianchi, jugadora de Rosario Central, según citó el sitio Doble Amarilla. Gaby Ceñas, jugadora de Platense, declaró: “El fútbol para nosotras es igualdad, significa poder sentirse parte de la construcción del legado, parte de una transformación para dejarle a futuras generaciones de niñas un fútbol distinto en donde ya no deberían pelear para tener las libertades de acceder a un deporte con las mismas oportunidades de desarrollo de un varón”. Por último, Luciana Bachi jugadora de Racing, comentó: “Todas las jugadoras o muchas nos sentimos en una posición de jugadoras y militantes también feministas y tenemos en cuenta que somos agentes de cambio para la igualdad, así que creo que por ese lado pudimos encontrar un lugar para sentirnos cómodas, colectivamente acompañadas.”
En nuestro país el fútbol siempre fue cultural. Forma parte del pasado y el futuro de la sociedad. Es momento de que al fútbol femenino se le abran puertas a oportunidades de formar parte de dicha culturalización. Esta idea a largo plazo necesita la seguridad no solo de un sustento económico, sino también de un crecimiento. Paso a paso, se sigue haciendo historia.
Mariana Romagnoli.