Beauden Barrett y sus nuevos compañeros de equipo de los Blues Rugby Team volvieron a los entrenamientos de cara al Investec Super Rugby Aotearoa, luego de un período de dos meses de ejercitación hogareña a causa del coronavirus. Dicha competencia, iniciará el 13 de junio y será una especie de Super Rugby doméstico, en el que se enfrentarán los mejores 5 equipos de Nueva Zelanda.
El apertura neozelandés, que en 2016 y 2017 fue elegido como mejor jugador del mundo, dio la nota al romper el récord personal y de la franquicia en un test de resistencia aeróbica llamado Bronco. De esta manera, la estrella de los All Blacks eliminó toda posibilidad de duda sobre su estado físico y compromiso durante la cuarentena, y sacó a relucir todo su potencial.
Los otros cuatro equipos participantes de la competencia antes mencionada, además de los Blues, serán Chiefs, Crusaders, Highlanders y Hurricanes. Conociendo el nivel de juego de estas franquicias y sabiendo que realizarán varios enfrentamientos durante 10 semanas, es totalmente lógico sentirse entusiasmado. Tanto los jugadores como miembros del cuerpo técnico comparten la ansiedad y alegría de los hinchas por volver a tener la posibilidad de disfrutar del mejor rugby del mundo.
Viendo la situación desde afuera, uno pensaría que se resume en eso: ansiedad, una decisión apresurada. Sin embargo, Nueva Zelanda es admirado internacionalmente por la gran capacidad de combatir a la pandemia que mostró desde el primer día que se dio a conocer. Todo gracias a las medidas, estrictas pero correctas, de restricción y prohibición que estableció su primer ministra Jacinda Ardern. Y por esto, no sólo no es tan extraordinario que vuelvan los deportes, sino que es un gran avance y ejemplo como nación.
Pero esto tampoco quiere decir, por supuesto, que estén viviendo con normalidad. Las medidas para los ciudadanos siguen siendo muy rigurosas, lo que también incluye a la práctica del rugby. Todos los encuentros del torneo serán a puertas cerradas. Para los entrenamientos, cada equipo dividirá a sus jugadores en dos grupos y en grupos aún más reducidos para ir a los gimnasios. Siempre, con un protocolo estricto de seguridad e higiene que incluye, entre otras cosas, desinfecciones previas y posteriores a cada actividad. Además, se seguirán realizando distintas charlas o reuniones de forma remota, dada la prohibición de reunirse personalmente.
El partido inaugural será entre Highlanders y Chiefs, en Dunedin. Mark Robinson, presidente de New Zealand Rugby, aseguró: «El personal médico y operativo de NZR, la Asociación de Jugadores y los clubes han estado trabajando juntos para garantizar que tengamos planes detallados para proteger la salud y la seguridad de todos los involucrados».
Por su parte, la franquicia argentina de Jaguares analiza irse a Sudáfrica para participar de un posible de torneo local. Así como ya fue anunciado que será implementado en Nueva Zelanda, los Jaguares competirían contra equipos de la élite sudafricana. A pesar de la ilusión, este posible certamen es más utópico, ya que aún no se pueden garantizar todas las medidas sanitarias exigidas por las autoridades del país.
Luis M. Ordóñez