Una de las diferencias más grandes entre el fútbol femenino y el masculino es la posibilidad que tienen las protagonistas de ser madres. A diferencia de los futbolistas, la maternidad tiene un peso más grande en la vida del bebé y la sociedad recarga una presión. Esta situación no debería ser un conflicto o un problema a futuro; sin embargo, no es tan sencillo como parece. Muchas mujeres que querían vivir del fútbol tenían que elegir entre ser madres y sus carreras, ya que el club no les garantizaba su continuidad porque se categorizaba al embarazo como una «lesión». Pero el mundo avanza tanto como esta lucha y de a poco se va a recuperando más los lugares y privilegios que nos pertenecían.
Si hablamos de la Argentina, la lucha creció muchísimo el último año y la clausula del embarazo no fue una excepción. En 2019, la AFA declaró que una mujer embarazada mantendría su empleo y su remuneración, es decir, le corresponde una licencia por maternidad con una remuneración similar a la pactada hasta que el médico le permita volver.
En este término que publicó la AFA se establecen tres puntos clave. El primero es que al firmar un contrato la jugadora deberá declarar que no está embarazada. El segundo, es que desde el momento que la misma notifique el embarazo, no podrá participar de entrenamientos ni partidos, pero podrá seguir haciendo actividad física bajo la responsabilidad de su médico. Además, deberá presentar una nota con la posible fecha de parto y la probable fecha de vuelta. Y el último punto es sobre qué pasará si la jugadora es despedida sin causa; en este caso, el club deberá pagarle indemnización especial, más la indemnización por antigüedad, por omisión de preaviso y vacaciones no gozadas. En caso de que se termine el contrato y la futbolista estuviera embarazada, se abre un plazo de 20 días, en los cuales puede ingresar a otro club. Esta situación se respeta tanto en lo profesional como en amateur.
En el fútbol argentino, la maternidad está presente. Un caso fue el de Lorena Benítez, jugadora de Boca, que viajó al Mundial después de haber dado a luz dos meses antes. Ella contó que no se despegaba del teléfono y siempre estuvo presente. Otra jugadora de la Selección, Vanina Correa, en 2019 se manifestó con respecto a este tema y la situación del cambio de club, que le afectó no solo a ella sino a su familia. Declaró: “Tengo a mis hijos en la escuela y el cambio no era solo para mí. Es difícil el rol de madre, es difícil criar uno, dos o tres hijos. Cuando estoy en la cancha me relajo y me olvido del estrés de ser madre”.
En la Liga MXFemenil, a pesar de que se lleva a cabo hace varios años, todavía no se tiene en claro qué sucedería si una futbolista quedara embarazada, ya que no está tenido en cuenta en los contratos de los clubes ni en el reglamento de la Liga. Por otro lado, en España, un país de primer mundo, el embarazo no era tenido en cuenta por la Justicia. Ser madre es un derecho y a pesar de esto no se le presentaba la oportunidad de renovar contrato. Las jugadoras, en octubre de 2019, realizaron una huelga para reclamar estos derechos. Los mismos eran: el salario de 20.000 euros por jornadas de 40 horas a la semana, vacaciones y protocolo de embarazo. La Federación Española de Fútbol, desde diciembre, protege los derechos de la mujer y terminó con la cláusula que años atrás estaba vigente de «anti-embarazos». Desde la RFEF, las futbolistas podrán contar con subsidios cuando estén embarazas. También se les permitió solicitar la baja federativa y volver una vez que finalice la gestación; incluye a aquellas jugadoras que queden embarazadas, podrán renovar por una temporada con sus respectivos clubes, pero no está regulado en el convenio el periodo de lactancia. Y con respecto al salario, finalmente se alcanzó un acuerdo de 16.000 euros y los 12.000 para los contratos a tiempo parcial.
No en todos los países se presentan las mismas situaciones; por ejemplo, Alex Morgan, cuando dio a conocer su embarazo, recibió apoyo por parte del público y del club. Por ese motivo declaró para la revista Glamour: “Nuestros cuerpos son increíbles, es que el mundo no está realmente preparado para que las mujeres prosperen. Estaba cansada de los debates absurdos de ‘¿Podrá ser madre y a la vez seguir en la cima?’ Formar una familia no me frena. Tengo la fuerza suficiente para regresar.” Y finalizó sus declaraciones aprovechando su voz para alentar a las deportistas a convertirse en madres y así generar el cambio. «Cuantas más atletas sean madres en su carrera, mejor. […]. Cuanto más desafiado sea el sistema, más cambiará».
Mariana Romagnoli, Ludmila Farias Messineo y Micaela Cavaliere.