Cuando recién se comenzó a hablar de la posible llegada del COVID-19 a la Argentina sólo hacían cuarentena durante quince días quienes venían del exterior. Ahora, toda la población se encuentra bajo la misma situación y tiene noción de los síntomas que produce este virus así como también de los protocolos sanitarios para prevenir el contagio.
Gabriel Cristaldo es un dirigente de la Unión Santafecina de Rugby de 53 años que a principios de marzo se encontraba paseando con sus amigos por Europa, sin tener idea de lo que ese viaje iba a significar para él y su salud. El 16 del mismo mes, al llegar a la Argentina, se dispuso a realizar el aislamiento correspondiente. Hasta ahí, todo iba normal. Al día siguiente, los síntomas aparecieron y se realizó el hisopado correspondiente que terminó dando positivo el 22 de abril.
El santafecino, a partir de ese momento, vivió una pesadilla. Fiebre, falta de aire y dolor corporal fueron los síntomas más leves. El verdadero susto llegó cuando al transcurrir los días comenzó a escupir sangre y fue internado durante ocho días en el Hospital Cullen de Santa Fe, donde se encontraba en una habitación totalmente aislado.
Luego de un extenso tratamiento, el 20 de abril Cristaldo recibió un informe en el que le informaban que el virus ya no estaba más en su cuerpo. El nuevo hisopado había dado negativo. “Volví a nacer, este lunes me dijeron que después de todo el tratamiento se fue del cuerpo y dio negativo. Ahora tengo dos fechas de cumpleaños, voy a festejar cada 20 de abril”, comentó el dirigente ante Infobae.
Mientras el coronavirus avanza en nuestro país, casos como el de Cristaldo nos invitan a persistir con las medidas de seguridad e higiene que propone el gobierno, así como el cumplimiento del aislamiento social, preventivo y obligatorio.
Agostina Pozzi